Asume el presidente del Real Jaén, Rafael Teruel, sus equivocaciones, principalmente la de cesar a Aybar y no haberlo dejado como director deportivo; confiesa haberse equivocado con Berges, pero habla también de una plantilla que no se ha identificado con nada, en referencia a los colores del Real Jaén. Cerrada la temporada, hoy presenta al nuevo entrenador, Arconada, hermano del histórico portero, pero su gran preocupación sigue siendo la situación económica del club blanco. En este sentido, como hombre de cuentas sensato, sabe que es necesario ajustar el presupuesto a la realidad, lo que no quiere decir que deportivamente no se pueda aspirar a cualquier meta. El Real Jaén precisa sanearse a medio plazo y para ello los sobresaltos no son buenos consejeros. Sin embargo, Teruel, de forma acertada, llama a la puerta del Ayuntamiento, que es el propietario del campo de La Victoria, pidiendo algo que sí sucede en otros clubes, por ejemplo en el Linares, recién ascendido a la Segunda B y nuevamente rival de los blancos esta temporada; y no es otra cosa que el Consistorio asuma los gastos de mantenimiento con el personal municipal, lo que aliviaría las arcas del Real Jaén o al menos deje en manos del club la explotación del mismo y de las instalaciones y alrededores, algo que está aprobado en Pleno desde 2013 y que duerme el sueño de los justos.
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