Agentes del Cuerpo Nacional de Policía han extremado la vigilancia para evitar que se produzcan ajustes de cuentas entre los dos clanes implicados en un incidente violento, que culminó con la detención de siete miembros de una familia en la denominada como ‘Operación Coloraos’. Según han informado fuentes policiales, durante la actuación policial se produjeron serias amenazas de uno de los clanes hacia el otro.
La Policía Nacional detuvo el martes a siete miembros de un clan familiar tras practicar cinco registros domiciliarios e incautarse de un arsenal de armas (tanto de fuego como blancas, bates de béisbol, defensas, bastones y armas simuladas), abundante munición y una pequeña plantación de marihuana.
Según informó la Policía Nacional a través de un comunicado el origen del problema estaba en una discusión entre dos clanes familiares, concretamente tras la agresión sufrida por un hombre, por parte de los siete hermanos, uno de ellos menor de edad. “Le propinaron una brutal paliza, lo arrojaron por un terraplén para, a continuación, atropellarlo con un vehículo dejándolo mal herido con graves lesiones y diferentes fracturas, con el convencimiento de que había fallecido” recoge el comunicado. Desde ese día, los siete detenidos “intimidaban a los vecinos realizando disparos con armas de fuego con el fin de que en el barrio imperara la ley del silencio”. En la operación intervinieron agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), Brigada Judicial, Policía Científica y Seguridad Ciudadana de Jaén así como de la Unidad de Intervención Policial y Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES) de la Jefatura Superior de Andalucía Oriental.
Hoy está previsto que los siete detenidos pasen a disposición judicial, según informaron ayer fuentes policiales.
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