El pasado domingo salimos contentos en líneas generales del José Del Cuvillo, vimos un Racing raseando la pelota, por momentos brillante. Los cambios de orientación hacían daño a la defensa del San Roque, Natera aparecía por banda izquierda con la ayuda de Pedrito y un gran Raúl López.
Los primeros 20 minutos fueron eléctricos con dos ocasiones de Juanmi, que falló en mi opinión por tener bastante tiempo para pensar, los delanteros son así. Después en el gol que marcó tocó con el interior de primeras sin pararla, sin pensar y la pelota entró.
Hay que aplaudir el estilo y la personalidad del entrenador. Mere seguro que ha sufrido una presión interior terrible al ver los malos resultados a pesar del buen juego en los tres partidos, pero ha continuado firme en los valores y es de elogiar esta actitud. Vemos domingo tras domingo entrenadores de mucho miedo, aficionados asustados por el resultadísimo, (entre los que me incluyo) ansiosos por mantener a 0 la portería, y este entrenador y este equipo cree en rasear la bola sobre un césped infame, imposible, antitesis del deporte creado por los británicos.
Debemos estar contentos, no será un camino de rosas los partidos de visitante, intentar crear cuando la Tercera es amarrar traerá consecuencias, pero mas allá de ganar o perder, el plantel nos ha demostrado que esta temporada el Racing es un equipo de principios.
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