Las continuas quejas que llegan a la cofradía puntaumbrieña por parte de armadores y patrones de las embarcaciones dedicadas a esta modalidad, referidas a las presuntas prácticas irregulares en el puerto gaditano, han empujado a su patrón mayor, Antonio Albarracín Mora, a tomar la determinación de solicitar a través de la Autoridad onubense, la colaboración de la Comandancia de Cádiz para una situación de cataloga de "máxima gravedad". Albarracín explica en el comunicado que "nuestras embarcaciones hacen un esfuerzo importante para racionalizar la explotación de los recursos del caladero, controlando las taras diarias establecidas en 200 kilogramos , así como las tallas de los productos. Dichas embarcaciones comercializan conjuntamente gran parte de las chirlas a través de contratos de suministros con las llamadas grandes superficies lo que motiva en control mutuo de las mismas, al someterse a normas estrictas de comercialización. Sin embargo, recibimos quejas denunciando que en el puerto de Sanlúcar de Barrameda no se respetan ni las taras diarias, ni las tallas mínimas de las chirlas, lo que sin duda distorsiona gravemente el mercado al provocar la minoración del precio final de las capturas por haber una mayor oferta en el mercado de la legalmente prevista y explotando indebidamente los recursos del caladero".
La Cofradía puntaumbriña ha solicitado la colaboración de entidades afectadas como la Cofradía de Pescadores del puerto onubense de Isla Cristina o la Asociación de Armadores de Punta Umbría. Fuentes de la cofradía local aseguran que durante la presente semana las Autoridades ya han puesto en marcha medidas para intensificar el control y la vigilancia.
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