Con esta operación, denominada "Bedú", la Guardia Civil da por desarticulada una de las organizaciones delictivas más activas dedicadas al tráfico de drogas y de vehículos robados en la Costa del Sol.
La organización estaba compuesta por tres grupos perfectamente estructurados, uno de los cuales utilizaba bebés recién nacidos o de pocos meses.
La banda escondía hachís bajo el colchón de los carritos de los niños, que pasaban dormidos por las aduanas. Una vez introducida la droga en España, acondicionaban dobles fondos en vehículos robados para trasladarla hasta Francia.
Otra de las células de la organización se dedicaba a la introducción de cocaína oculta en tabletas de chocolate comestible que enviaban en paquetes postales, que eran recogidos por otros miembros de la red en los domicilios establecidos para ello.
La función del tercer grupo era el robo de vehículos o la receptación de otros vehículos sustraídos que trasladaban a Ceuta para desde allí introducirlos en Marruecos. En algunas ocasiones, desmontaban totalmente los coches para pasarlos como piezas de desguace o de segunda mano.
De los 21 arrestados, ocho son de nacionalidad española, cinco marroquíes, cinco franceses, dos británicos y un chileno, mientras que hay otras 13 personas imputadas.
Entre el material intervenido en esta operación figuran 300 gramos de cocaína, más de 1.600 kilos de hachís, 11 vehículos y 56.500 euros en efectivo.
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