Ahora sí que se inicia la cuenta atrás para que el próximo año 2014 la Unesco nos diga si acepta que la Catedral de Jaén sea Patrimonio de la Humanidad unido al expediente de los conjuntos de Úbeda y Baeza. La suerte está echada y ahora en gran parte todo depende de la impresión que el enviado del alto organismo cultural, ilustre huésped de Jaén, se lleve. Ya señalábamos hace días que esperábamos que como tantos visitantes, quedara impresionado por la majestuosidad del monumento más que de detalles complementarios, como el entorno, donde no todo está hecho, pero se puede comprometer. Se trata de un deseo colectivo de toda la ciudad y de un proceso que ha resultado largo, con diferentes ritmos desde el año 2005, pero en ningún momento se ha perdido la confianza en la bellísima obra de Vandelvira, el gran emblema de Jaén, tenga o no los papeles oficiales de la declaración. Hay que reconocer la unidad manifestada por los tres ayuntamientos afectados, el impulso y la apuesta del Cabildo y su deán al frente, y el apoyo de todas las administraciones, aunque la situación de crisis de estos años haya impedido dedicar más inversión para el mantenimiento del templo. A destacar asimismo cada uno de los trámites para el expediente, y en su recta final el trabajo de la arquitecta Rufina Fernández, prolongación de todo el esfuerzo previo, y que en parte justifica un estado general de optimismo. En un momento decisivo en el que la última palabra la tiene la Unesco, sigue siendo importante el apoyo ciudadano, que aquellos miles de firmas entusiastas se siga traduciendo en defensa enérgica de un merecido reconocimiento.
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