Este asunto, en el que tres grupos anunciaron su voto favorable y el PSA su abstención, debería quizás haberse despachado en quince o veinte minutos, dadas las posturas anunciadas pero, no obstante, se prolongó por espacio de tres cuartos de hora, fruto de un debate agrio, bronco, desmesurado, que se produjo fundamentalmente entre los portavoces del PSOE y el PP que, curiosamente, votaban en la misma dirección.
Si hubo coincidencia en el voto, no la hubo en la visión que cada partido tiene de Jerez y a la descripción en positivo de las potencialidades de esta ciudad que hizo Casto Sánchez Mellado, respondió la portavoz popular con un discurso centrado en el paro y en el supuesto desgobierno actual que encajó en este Pleno del mismo modo que hubiera podido hacerlo en cualquiera, con independencia de la temática que se abordase.
Casto Sánchez explicó los motivos de la referida solicitud, subrayando que se hacía al contar Jerez con más de 75.000 habitantes y quedando ampliamente acreditados los motivos, a través de la Memoria adjunta, de la que hizo un esbozo.
El portavoz del Gobierno local comenzó su intervención recordando unas palabras de Ibn Said (S.XIII) en la se consideraba ya entonces a Jerez como “una gran ciudad, con grandes comodidades y con edificaciones y medios de subsistencia copiosos, con gentes principales”.
Añadiendo que hasta nuestros días se ha ido adaptando a los constantes cambios económicos y sociales y ha conseguido consolidarse como el municipio de más envergadura física, poblacional y económica de la Provincia de Cádiz, hasta erigirse por dimensión superficial, en el sexto municipio de España y en el segundo de Andalucía.
También habló de que por población, Jerez es el veintiséis de un total de 8.114 municipios españoles y el quinto de un total de 770 andaluces. Tras recoger la evolución de la población en los últimos años habló del “buen nivel de desarrollo económico” y la confluencia de una serie de factores que le dan ventaja comparativa a la hora de atraer proyectos empresariales, citando “la combinación de una posición geográfica estratégica con la excelente dotación de infraestructuras viarias y de transporte; la dimensión de su mercado, con la presencia de un importante volumen de proveedores y consumidores potenciales; el grado de diversificación de su perfil de especialización productiva; la existencia de una oferta de mano de obra muy amplia y variada y un conjunto de ventajas derivadas del nivel de difusión mundial con que cuenta”.
Según los datos de la Memoria, tomados de las cifras oficiales del ejercicio 2007, el mayor volumen de inversiones industriales de la provincia, en los 7 últimos años, se ha registrado en Jerez, solamente superado por el impacto de las refinerías del Campo de Gibraltar. Del mismo modo, el sector industrial representa el 17,3% del de la provincia (sólo superado por el Campo de Gibraltar). El sector servicios cuenta con el mayor peso de la provincia, alcanzando el 17,3 %. El 20% de la actividad comercial de la provincia, se desarrolla en Jerez, siendo el municipio con más peso en dicho sector. Asimismo, cuenta con la mayor superficie comercial, alcanzando los 93.952 metros cuadrados (29% de la provincia); superficie en aumento, al implantarse en breve plazo nuevas grandes superficies comerciales”.
Casto Sánchez se refirió a otros muchos aspectos de Jerez, como el turismo, la construcción de viviendas, el número de oficinas bancarias, vehículos, teléfonos, líneas de ADSL... para concluir que Jerez “es una gran ciudad” y que, obviamente, merece su declaración como tal.
Precisamente esa enumeración de virtudes y aspectos de liderazgo de Jerez fue lo que le sirvió a la portavoz del PP, María José García-Pelayo, para, defendiendo el sí a la propuesta, poner de vuelta y media al Gobierno. El argumento fue que si Jerez era líder de casi todo en Andalucía cómo era posible que fuera la ciudad con más paro de la Comunidad.
“¿Qué está pasando?” se preguntó la portavoz popular, concluyendo que la culpa es de “las políticas equivocadas del Gobierno del PSOE, que no sabe poner en valor todo lo que tiene Jerez”. Y a partir de aquí criticó a la alcaldesa por “no dar la cara” y “no estar en el debate político” y descalificó la política que seguía el Gobierno de no dar entrada a las propuestas de su partido en el debate del Pleno.
Antes de la intervención de Pelayo, Joaquín del Valle había anunciado su voto afirmativo, matizando que la aplicación de la ley no iba a resolver los problemas.
Y tras Del Valle, Rosario Rodríguez, afirmando que aunque el PSA estaba de acuerdo con que se solicitase la declaración, el partido iba a abstenerse porque no se ha cuantificado lo que la aplicación de la ley en Jerez le puede costar al Ayuntamiento.
El portavoz del Gobierno, Casto Sánchez, le respondió a García Pelayo que había confundido “oportunidad con oportunismo” y había perdido la ocasión de hacer un “discurso de grandeza”, echándole en cara el tono catastrofista de su discurso y lo difícil que ponía al Gobierno consensuar con ellos.
Y a partir de aquí se enzarzaron ambos en una discusión que, como se ha dicho, hubiera encajado en cualquier Pleno, de la que destacar las críticas del PP a la alcaldesa por no ser una “gran alcaldesa”, al Plan de Movilidad y a la actitud general del Gobierno municipal que emplea el “rodillo” de la mayoría para ningunear a la oposición.
Casto Sánchez le respondió que la alcaldesa que hay es la que han querido los jerezanos, que el Gobierno es el que ha querido Jerez y que si el PP está en la oposición es porque ella perdió las elecciones.
Al final, instantes antes de que la alcaldesa hiciese recuento del resultado y con Pilar Sánchez en el uso de la palabra, Pelayo, que lo había hecho en varias ocasiones con Casto Sánchez, volvió a interrumpir, esta vez a la alcaldesa, que le recriminó este hecho acusádola de no tener educación, lo que provocó indignación en las filas populares, protestas generalizadas y unos instantes de desagradable trifulca dialéctica, que la alcaldesa cortó radicalmente al retirarle la palabra a la portavoz popular para seguir haciendo uso ella de la que disfrutaba.
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