Jaén

Signo distintivo de la ciudad

Ha sido la Semana Santa de Jaén, un año más, por encima de todo, una cita de movilización tanto en la calle como en el interior de los templos.

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Ha finalizado la Semana Santa en la que ha habido un poco de todo, hermosos desfiles procesionales como caracterizan a la mayoría de los que tienen lugar en Jaén, pero este año sobre todo, grandes frustraciones cofrades al no arriesgarse a sacar sus pasos a la calle o adelantar otros que se atrevieron a hacer la estación de penitencia, todo ello debido al mal tiempo que en general ha presidido esta edición 2013 de la Semana Mayor. Dicho esto desde luego no ha faltado lo más importante, que es la pasión de miles de personas involucradas en el ambiente de las cofradías y hermandades y de toda la ciudad que intensamente lo vive. Ha sido, por tanto, esta Semana Santa que acaba de pasar, una cita más de movilización del alma de esta ciudad. Y no nos referimos sólo al fenómeno sociológico de Nuestro Padre Jesús Nazareno, ‘El Abuelo’, que sigue siendo el gran emblema que fascina a todo Jaén y provoca sentimientos de la devoción popular más auténtica, y que pudo estar en la calle sólo unas horas por las inclemencias meteorológicas; sino que la ciudad puede seguir sintiéndose orgullosa del ambiente que se respira durante estos días en la totalidad de las hermandades, da igual  que sea en las calles, las pocas que han podido hacerlo, que en el interior de los templos donde los cofrades, desde el mismo Domingo de Ramos hasta ayer, Domingo de Resurrección, han dado una lección acompañando a sus imágenes titulares y resignándose a no culminar la tarea de un año con las procesiones, pero manteniendo intacto el signo distintivo de Jaén.

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