Qué bien queda decir lo de Año Nuevo Vida Nueva. En estos primeros días del año muchos se plantean los llamados propósitos para este año, lo que para unos es una manera de auto-convencerse de su capacidad de avanzar superando cualquier reto, mientras que para otros es la mejor prueba de que los seres humanos necesitamos poner plazos y fechas a casi todo lo que hacemos.
En resumen, aquello que para muchos son retos para otros es hacer lo que toca, por ello cuando está comenzando este año 2019 pregunto: ¿Qué es lo que toca ahora?
Probablemente habrá tantas respuestas como lectores de esta columna, pero tratándose de educar para el futuro y sabiendo los temas que suelo priorizar, podrán figurarse que para mí lo que toca ahora debería ser no permitir que nos engañen con ideas y postulados que a poco de analizarlos descubrimos que apestan a sectarismo e intereses ocultos. Ha llegado el momento de no callar ante tantísimos disparates que solo se amparan en demostraciones manipuladas o falsas y que no dejaran de serlo por mucho que los repitan.
Hay que denunciarlo no solo por nosotros sino también por la responsabilidad que tenemos en lo tocante a la educación de nuestros hijos y – en general – de todas las nuevas generaciones, a las cuales como no tengamos cuidado les vamos a dejar una sociedad plagada de comportamientos y actitudes absurdas, más sectarias que liberadoras y que coartaran su futuro.
Ya son muchos los que se están dando cuenta de que no es necesario destruir la sociedad que tanto costó levantar para erradicar la versión trasnochada del llamado heteropatriarcado, ni para proteger a los sectores minoritarios y más desfavorecidos, ni para diseñar políticas adaptadas a los fenómenos que emergen de un mundo cada vez más globalizado.
Todo esto no se logra pervirtiendo la convivencia con leyes que anulan los derechos y libertades de parte de la sociedad, ni con políticas irracionales basadas en engaño, chantaje buenista y leyes propiciadas por sectores que para alcanzar sus fines se amparan en lo políticamente correcto. Lo realmente necesario es adoptar posturas realistas que propicien y regulen un marco de convivencia con leyes y políticas coherentes capaces de aunar las voluntades de todos los ciudadanos.
Tímidamente y con ese escozor que causa el darse cuenta que nos intentan manipular, son cada vez más los ciudadanos dispuestos a romper su silencio para manifestar que no se es machista, homófobo, racista o fascista por querer proteger a las mujeres con leyes que no marginen a los demás miembros de la sociedad, por estar en desacuerdo con políticas de género manipuladoras e inútiles que causan enfrentamiento o por solicitar políticas sociales realistas y coherentes.
Este debería ser uno de los propósitos para el año 2019 y para todos los siguientes.
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