La historia se mueve en círculos, los nazis exterminando judíos, los judíos exterminando palestinos. Los dos acontecimientos no llegan ni al siglo de separación.
Los rabinos de los campos de concentración nazis utilizaban una canción para aprenderse el nombre de los muertos y que así no fueran olvidados. Después de la guerra un par de veces al año y durante dos o tres días se cantaban los nombres de los fallecidos y a este homenaje asistía la comunidad. Era una forma de triunfar contra la barbarie, los nazis no conseguirían borrar esas historias truncadas de la memoria de su pueblo. Durante muchos años han seguido en la memoria de los hijos de Israel.
¿Durante cuántos días tendrán que cantar los palestinos a los suyos? En las mezquitas también se recitarán los nombres de los muertos en este juicio final, porque no está quedando piedra sobre piedra, todo está siendo devastado. Cómo se puede pensar que con esta destrucción y estas matanzas se descabeza al pueblo palestino. Los americanos no pudieron con Vietnam y acaso después de seis millones de muertos no sobrevivieron los israelitas y fundaron un Estado jugando con la buena fe de los palestinos. Claro que estos son pobres y los judíos lo consiguieron con la ayuda de las grandes fortunas hebreas pero aún así renacerán.
Sin calor de nadie y sin consuelo entierran en la franja de Gaza a los suyos mientras los organismos internacionales que podrían hacer algo tienen puesto el veto por los norteamericanos.
Los sudafricanos que también han padecido genocidio han denunciado ante el Tribunal de La Haya, el perpetrado por los judíos. Lo que han decidido es instar a Israel a no cometer genocidio y a que permita la ayuda humanitaria pero no les pide el alto el fuego. Además de que no tiene forma de imponerlo por la fuerza, sólo de sugerir y de que tardará años en decidir si ha habido crímenes contra la humanidad, no les ha indicado que cesen el fuego, valiente pantomima.
Los palestinos están solos, apenas se deja entrar una parte de la ayuda humanitaria, los vemos gritar de dolor por sus padres, hermanos, madres, hijos e hijas caídos por los bombardeos. Con todas las infraestructuras destruidas, las escuelas, los hospitales, sin agua, sin luz. Este pueblo canta ya a sus muertos mientras el resto miramos la televisión.
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