La institución Víctor Marín de Arcos y la Delegación de Cultura han presentado en sociedad la obra ‘Víctor Marín: Fotógrafo retratista’, que viene a poner en valor una figura clave en la historia local, pues el insigne fotógrafo (y farmacéutico) tuvo la dicha de retratar a la ciudad en acontecimientos legendarios como la nevada de 1954, aunque en esta ocasión el libro ofrece retratos de personas y personajes de los miles que tuvo ocasión de realizar en vida.
La presentación corrió a cargo del técnico responsable de la institución, el conocido fotógrafo Juan Mariscal, y la delegada de Cultura, María Macías. El primero destaca cómo este libro viene a difundir una vez más la historia de Arcos a través de sus personajes en este caso.
En octubre de 2019 se inauguró con el mismo título una exposición que tuvo gran aceptación y que, ahora, ha dado pie a esta publicación que esconde un arduo trabajo de retoque fotográfico y conservación. Durante dos meses de aquel año se realizó una impresionante tarea para localizar a las personas que, entonces, no tenían ni nombre ni apellidos, por lo que se recurrió a otras personas mayores en vida que pudieran dar su testimonio al respecto. Así pues, es un trabajo laborioso que ha precisado además de tratamientos para su digitalización, “para mostrarlo de una forma decente como don Víctor se merece”.
La introducción del libro corre a cargo de la humanista Mariló Delgado, cuyo trabajo ha sido muy agradecido por la delegada de Cultura, María Macías, que así reconoce su labor de investigación y difusión de la faceta artística de Víctor Marín.
El recordado maestro de fotógrafos comenzó su gran afición retratando eventos particulares (bodas, bautizos, comuniones...), muchas realizadas en su propio estudio, donde regentaba, además, su farmacia. De esa faceta nació la obra que recoge en torno a 40 imágenes, su forma de trabajar e incluso una pequeña biografía.
En la obra aparecen vecinos y vecinas de Arcos, ya desaparecidos, como Paquita Carrasco, José Gallardo, Zacarías Rosado, Isabel Benot, María Teresa Tamayo, Nieves Arroyal, Isabel Guerrero y muchos más, incluso de niños de la época. De hecho, excepto un rostro, todos están debidamente identificados. La Delegación se ha brindado a ofrecer los retratos a las familias interesadas en poseerlos en propiedad.
“Los archivos están para salir a la la luz, para ser compartidos”, explica la delegada, que suma el “trabajo bonito” realizado por la institución Víctor Marín. “Sólo espero que las miradas y expresiones que retrató Víctor Marín transmitan tanto como a mí”, señala la delegada municipal de Cultura.
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