Hoy la gran familia de Proyecto Hombre está citada en la finca Montana, donde disfrutarán de todo tipo de actuaciones que finalizarán con una merienda.
Varios son los objetivos, o mejor dicho, objetivos, que Bononato tiene en mente. El traslado a unas instalaciones más amplias, confortables y afines a las actividades de rehabilitación e inserción que hacen a diario, es una de estas metas. El Ayuntamiento se comprometió a elaborar el proyecto, “nos han dicho que en cuestión de días estará listo, será entonces, teniendo el proyecto básico, cuando podremos comenzar a pedir subvenciones”, señala.
frentes abiertos
Para llevar tantos años al frente de un organismo como éste no hay mucho misterio, “tan sólo seguimos dando respuesta a las distintas realidades que aparecen”. Esto es, de la década de los ochenta, donde la heroína causaba verdaderos estragos, y donde muchos se quedaron en el camino por falta de información sobre los males de las drogas, a las sustancias más modernas, desde la cocaína a las drogas de diseño, con efectos igualmente o más letales que las primeras que irrumpieron en el mercado.
Todas las terapias que realizan son denominadas de “alta exigencia”, de modo que la recaída es mínima, tan sólo un 5 o un 10% requiere de nuevo atención tras la deshabituación de adicciones.
De los 55 pacientes en 2003 a los 120 seis años después
El número de usuarios de Proyecto Hombre ha experimentado una importante tendencia al alta en los últimos años. Los datos dan fe de este aumento. Tal y como explica Bononato, en 2003 eran cincuenta y cinco los pacientes que tenían a su cargo, una cantidad que se ha duplicado seis años después, ya que esta institución social atiende en estos momentos a un total de 125 de personas que intentan superar una adicción.
Otras 120 asisten al programa de rehabilitación desde los centros penitenciarios. El responsable de Proyecto Hombre dice que “somos conscientes de este crecimiento” motivado por los nuevos hábitos sociales o las nuevas tecnologías. De hecho, el perfil de la persona que tiene problemas de adicción ha variado mucho. Ya no es un “enganchado” a las drogas en cualquiera de sus modalidades, sino que es adicto a las compras, al móvil, hay jóvenes con problemas de conducta...
Entre los muchos tratamientos de ponen a disposición de los pacientes “la novedad es trabajar con menores en protección, por el momento tenemos tres”, aunque apunta a que habrá más.
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