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China defiende su gestión del Tíbet y resalta "lucha contra el secesionismo"

El producto interior bruto del Tíbet alcanzó los 213.260 millones de yuanes (unos 29.300 millones de dólares, 27.430 millones de euros) en 2022

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El Consejo de Estado chino (Ejecutivo) defendió hoy que el Tíbet ha logrado "avances históricos" en diversos ámbitos bajo las políticas del Partido Comunista de China (PCCh) en un libro blanco publicado hoy en el que se resalta el "enfoque proactivo para combatir el secesionismo" en la región.

"La naturaleza reaccionaria del grupo del Dalai Lama ha sido expuesta y denunciada", asegura el documento, que agrega que "el gobierno regional se apoya estrechamente en la gente de todas las etnias para resistir todas las formas de secesión y sabotaje", en referencia al actual Dalai Lama, exiliado en la India desde 1959 y considerado un separatista por Pekín.

El producto interior bruto del Tíbet alcanzó los 213.260 millones de yuanes (unos 29.300 millones de dólares, 27.430 millones de euros) en 2022, lo que representa una tasa de crecimiento anual promedio del 8,6 % desde 2012, recoge el libro blanco, difundido por la agencia oficial Xinhua.

Pekín subraya asimismo avances en la red de transporte de la remota región, de un tamaño similar al de Perú y con una población de unos 3,5 millones de habitantes, y asegura que la red ferroviaria pasó de tener 701 kilómetros de vías operativas en 2012 a 1.359 kilómetros en 2022.

El libro blanco, que se refiere en inglés a la región suroccidental por su nombre en mandarín, "Xizang" -lo que supone un cambio con respecto a ediciones en años anteriores- destaca además la "protección por ley del estudio y el uso de la lengua y la escritura tibetanas", al tiempo que asegura que el tibetano "se utiliza ampliamente en campos como la salud, los servicios postales, las comunicaciones, las finanzas y la ciencia".

De acuerdo con expertos de la ONU, no hay un estudio "sustantivo" del idioma, la historia y la cultura de la minoría tibetana, e incluso el líder del Gobierno tibetano en el exilio, Penpa Tsering, acusó en los últimos meses a China de querer convertir al Tíbet en una "gran prisión" y perpetrar un "genocidio cultural".

El documento publicado por el Consejo de Estado declara asimismo que en el Tíbet "se garantiza plenamente la libertad de creencia religiosa" y que "las actividades religiosas se llevan a cabo de manera ordenada".

Además, se enfatiza "el examen, el registro y la protección de más de 4.468 sitios de interés histórico o cultural por parte del gobierno local", después de que algunas voces hayan denunciado en las últimas década la destrucción de templos budistas y otros elementos del patrimonio religioso y cultural del conocido como "techo del mundo".

El libro blanco trata asimismo el espinoso tema de la futura reencarnación de Buda, personificado en la actualidad en el decimocuarto Dálai Lama, cuyo sucesor "deberá buscarse dentro de China y recibir la aprobación del Gobierno central".

Estados Unidos aprobó en 2019 la llamada Ley de Política y Apoyo Tibetana, que recoge que la elección del Dalái Lama incumbe "únicamente a la comunidad budista tibetana" e incluye la posibilidad de imponer sanciones a altos cargos chinos que traten de nombrar al futuro Dalái Lama, algo considerado por Pekín como una "injerencia" en sus asuntos internos.

En marzo pasado, Amnistía Internacional (AI) denunció una persecución de las minorías musulmanas en la región de Xinjiang y una "represión sistemática de las minorías étnicas", incluidos los musulmanes uigures y los tibetanos. 

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