Patio de monipodio

Perros callejeros

De momento ganan los enemigos de los perros. Quienes protestan hasta cuando el animal micciona sobre un árbol y aunque el dueño lo disuelva con agua...

Publicado: 03/10/2023 ·
21:23
· Actualizado: 03/10/2023 · 21:34
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  • Perros en la playa -
Autor

Rafael Sanmartín

Rafael Sanmartín es periodista y escritor. Estudios de periodismo, filosofía, historia y márketing. Trabajos en prensa, radio y TV

Patio de monipodio

Con su amplia experiencia como periodista, escritor y conferenciante, el autor expone sus puntos de vista de la actualidad

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De momento ganan los enemigos de los perros. Quienes protestan hasta cuando el animal micciona sobre un árbol y aunque el dueño lo disuelva con agua, que reclaman al dueño “que no ponga al perro a…”, como si a los perros se les pudiera “poner a…” que se quejan porque el perro defeque en la calle, incluso cuando el dueño es civilizado y lo recoge, pero al mismo tiempo se niegan a que puedan existir lugares dónde el animal pueda moverse y acostumbrarse a hacer sus necesidades en sitios acondicionados al efecto.

Ahora, con el insano fin de aumentar la clientela de las aseguradoras, se imponen a los propietarios de mascotas unas condiciones imposibles para muchos. Algunos dirán: “pues que no tenga perro”. Es lo que está ocurriendo, por desgracia. Ya se está viendo a los que consiguen hallar el camino de la (in) civilización, moverse por las calles cansinos, tristes, derrotados, abandonados. Es la más grave consecuencia de la injusta ley cínicamente llamada de “protección”. Animales entristecidos que no constituirán peligro alguno para la población, más que en la imposibilidad de enseñarlos a hacer sus deposiciones en lugares adecuados, provocada por la falsa intención de conseguirlo, porque hay otros medios de combatir la irresponsabilidad de muchos propietarios, cualquier cosa menos intimidar por exageración exasperante. Vigilancia y castigo para los desaprensivos, para aquellos que no recogen los excrementos, pero no extender un castigo mayor a todos cuantos quieran mejorar la vida de un animal indefenso.

Vale regular las cosas, aquellas que realmente lo requieran, pero con justicia: la revancha es una clara injusticia, por eso combatir posibles excesos con excesos reales y en ocasiones más perjudiciales que el que teóricamente se argumenta combatir, es todo lo contrario de impartir justicia. Ya se abandonan perros, la peor solución, porque sus dueños se encuentran imposibilitados de cumplir la nueva y exigente Ley que más parece hecha para recaudar que para resolver. Ahora ¿Acaso será mejor verlos morir en medio de la calle?, porque ¿también llegarán multar por ponerles un poco de agua?

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