Desde el Círculo Sectorial del Patrimonio Cultural de Huelva queremos mostrar nuestra preocupación en torno al destino de uno de los edificios que referíamos en nuestra publicación del 15 de febrero, la cual os invitamos a consultar.
El pasado jueves asistimos al precintado del edificio situado en la calle Concepción n.º 4. Pese a la falta de información pública por parte del Ayuntamiento, tenemos constancia de que lo que se está preparando es el derribo del inmueble.
Este edificio de 1857 fue el Laboratorio químico-farmacéutico de Caballero Hermanos, comercio cuya rotulación es aún parcialmente visible en los artísticos azulejos que decoran su fachada —uno de ellos perdido y otro cubierto bajo pintura—. A pesar de contar con licencia de rehabilitación desde el 7 de marzo de 2013 en favor de BELTRANSA S.L., desconocemos por qué motivo la misma no se ha llevado a cabo y, en cambio, se ha favorecido su deterioro hasta el punto de contemplar ahora la pérdida de tan histórico edificio. Al parecer, en los últimos años se han realizado algunos trabajos de demolición parcial en su interior que no pueden sino perjudicar la integridad y solidez del inmueble. Los onubenses sabemos que se trata de una práctica común: el edificio queda parcialmente cerrado al uso, cesa en él todo mantenimiento preventivo, se deja expuesto a las inclemencias del tiempo y a alguna que otra actuación y, por último, se otorga estado de “ruina” por parte de los técnicos municipales.
Sobreentendemos que el edificio está protegido de alguna manera a tenor del punto aprobado en el pleno del 28 de septiembre de 2016, en el que se propone la catalogación "espacial" o "ambiental" de la calle Concepción —entre otras— y su inclusión en el Catálogo de edificios, elementos y espacios urbanos de valores singulares. No obstante, el Círculo manifiesta su perplejidad ante la ausencia de protección específica y pormenorizada sobre un edificio de 1857, anterior a la llegada de la burguesía británica a nuestra ciudad y ejemplo inequívoco de la arquitectura noble de la Huelva de su época. En este 2017 se cumplen 160 años de su construcción, y sus robustos muros de ladrillo macizo son el vivo testigo de la Huelva que antes de todo fue marinera, de la que fue capital de la minería española e internacional, y de la que se ha visto desposeer en estos años de la mayor parte de su historia hecha ciudad.
Ahora se ha decidido mandarlo a la escombrera. Si los recursos judiciales no lo impiden, éste sería el 5º derribo en pocos años en la que es, probablemente, la calle más representativa del Casco Histórico de Huelva.
No entendemos la diferenciación de criterio por el cual nuestros técnicos consideran de interés edificaciones posteriores de tipología ecléctica e influenciadas por neologismos y corrientes exógenas —ya de por sí con tanto recelo a protegerlos— al tiempo que muestran un absoluto desprecio hacia la arquitectura que en Huelva nos es propia. Resulta sonrojante la falta de respeto continuada hacia todos aquellos edificios inequívocamente onubenses que han sido demolidos bajo la consideración de carecer de valor precisamente por eso, por representar la arquitectura típicamente onubense. Esa falta de respeto hacia los arquitectos que les han precedido, que construyeron la Huelva del pasado siglo, tan reconocible y personal como cualquier otra población. En tan sólo unas décadas Huelva se ha quedado sin su caserío señorial del siglo XVII en adelante, y en los últimos lustros estos otros ejemplares vienen desapareciendo con la misma facilidad ante la absoluta falta de sensibilidad patrimonial por parte de aquellos que debieran defenderlos.
Por todo ello, el Círculo del Patrimonio Cultural ha solicitado al Ayuntamiento de Huelva la información técnica relativa a la situación urbanística de este inmueble, así como también deseamos conocer si ha sido de aplicación lo dispuesto en la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía en lo concerniente tanto al deber de conservación y rehabilitación de edificios por parte de la propiedad como a los distintos mecanismos existentes para evitar la pérdida del patrimonio edificatorio.
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