La Gatera

Pinchar la pelota

Me van a perdonar mis paisanos, pero en servidora se cumple la máxima del sevillano “malaje”, y mi sentido del humor es más anglosajón que de Canal Sur...

Me van a perdonar mis paisanos, pero en servidora se cumple la máxima del sevillano “malaje”, y mi sentido del humor es más anglosajón que de Canal Sur. Por eso, a lo mejor, lo que les cuento no es tan grave como me lo parece a mí. Que me lo parece y mucho.

Verán. Hace unos días leyendo la prensa digital, vi como noticia (¡!) que el dúo de Los Morancos criticaba el coste de las elecciones (en segundas nupcias) que se celebran el 26 de junio con un videoclip. Y como Montaigne tenía razón cuando decía que la curiosidad se le ha dado a los hombres como un castigo. Yo recibí el mío clikeando en el video.

Ya sé que no iba a ser un debate serio argumentando el dinero que va a costar al Estado celebrar nuevas elecciones porque nuestros políticos no han sido capaces de crear un gobierno estable. Pero lo último que me esperaba es un despliegue de irresponsabilidad y frivolidad sobre algo tan serio como votar.
¿Ve usted como soy tela de “malaje”?

Detrás de la parodia facilona y gruesa (no hablo de los disfraces de foam), puede que se esconda una sana intención de hacer pensar a la gente. Pero el mensaje más claro es el descrédito absoluto de la clase política, y el poco valor que tiene que votemos. Y eso, queridos Jorge y César, no es verdad al cien por cien. No niego que la corrupción política en España es un problema de primerísimo orden, y que el nivel de muchos de nuestros políticos es muy mediocre, pero frases como “Con esta nueva votación, ellos se lo van a llevar bien, y lo pagaremos entre tos, a ver si te enteras de una vez”, me recuerdan demasiado a aquel “Andaluz, éste no es tu referendum” de Lauren Postigo. La clase política necesita una remodelación integral para que volvamos a creer en nuestro sistema democrático. Pero esa remodelación debe venir con la implicación de la ciudadanía. Desde las ideas, los colores y las plataformas que cada uno quiera y tenga a su alcance. Implicación para mejorar. Ciudadanos como auditores de lo que nuestros políticos hacen, que el ojo del amo siempre ha engordado al caballo. Pero la postura cómoda de no implicarse con la coartada de que todos los políticos son unos sinvergüenzas y que no podemos hacer nada para evitarlo, es pinchar la pelota para no seguir jugando.

Y a mí, desde mi malaje, siempre me ha gustado jugar hasta el final, y si puedo, tocando mucho la pelota.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN