La Gatera

Instrucciones

La historia es muy recurrente. Verán ustedes: imaginen a un hombre cualquiera...

La historia es muy recurrente. Verán ustedes: imaginen a un hombre cualquiera. Cuando era niño le dijeron que si era bueno, obedecía a sus mayores, trabajaba duro, era honrado, no robaba, no mataba a nadie, y era coherente con sus actos y sus principios, tendría una vida fácil y placentera. Y así lo hizo. Caminó cada mañana por la senda de migas de pan que su conciencia le iba dejando en el bosque de lo cotidiano.

Pero con los años fue viendo que algunas personas tomaban atajos y pisaban las reglas que tanto le costaba a él mantener limpias, y aún así sus vidas eran fáciles y placenteras. Asombrado preguntó, (¿cómo no preguntar?) qué les ocurriría por tal osadía a estos transgresores. Algunos le dijeron que recibirían un castigo divino en la otra vida, otros que su karma se ensuciaría y esto sería tóxico para sí mismos, otros que la conciencia les iría matando poco a poco, y algunos incluso pusieron en duda esa felicidad que él veía en sus rostros, afirmando que en la intimidad serían seres desdichados.

Como era de ánimo dócil, se conformó con esas respuestas y siguió actuando como sus padres, sus abuelos, sus profesores, sus jefes, sus amigos… le habían dicho. Cumpliendo con las normas en todo lo que su voluntad era capaz de obedecer, y dejando que los años pasaran adelantándole por la derecha o por la izquierda, que de todo hubo.

Día a día, año a año, construyendo una vida a golpe de férreos principios, que aunque iban doblándose como endeble latón, le iban marcando un norte cada vez más borroso.

Pero, hoy, cansado de todo, siente que el mundo se le desmorona en las manos y no sabe qué es lo que hay que hacer. Cómo va a saberlo si no encuentra el manual de instrucciones de esta vida. El de verdad, no la versión érronea de vivir, porque está claro que el que le dieron de niño no le sirve. Nada funciona como le dijeron que funcionaría. Y a su lado se roba, se engaña, se deja morir de hambre, se especula.. y no se producen las consecuencias que él esperaba. Ésas que la lógica según sus padres acaecerían.  Al contrario, parece que es él el equivocado. Por eso ha decidido limitarse a subir el volumen, poner más brillo y sobre todo más contraste a esta vida, a la espera de nuevas instrucciones.  

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