Las incógnitas sobre el robo perpetrado la madrugada de este viernes en la parroquia de María Auxiliadora de Arcos no se han despejado aún. La investigación policial llevada a cabo por la Guardia Civil continúa abierta a la espera de esclarecer el extraño suceso; extraño porque en su intento de sustraer cuanto dinero pudiera haber en la parroquia y en los salones contiguos, el ladrón o ladrones destrozaron gran cantidad de mobiliario, principalmente las puertas y los armarios, incluso robaron parte de los alimentos acopiados por Cáritas para las familias necesitadas. Sin embargo, en un principio no se ha echado en falta ningún objeto litúrgico pese a que abrieron el sagrario del altar principal, profanando en este sentido, según la Iglesia, el cuerpo de Cristo sacramentado.
Los hechos tuvieron lugar sobre la una y media o dos de la madrugada, cuando los ladrones consiguieron entrar en la parroquia por la puerta trasera. Los propietarios del supermercado continuo escucharon al parecer un fuerte golpe, pero al revisar las cámaras de seguridad del establecimiento no se percataron de ninguna situación anómala, de ahí que tampoco avisaran a la Policía, que suele ser lo normal. A esas horas, el párroco de María Auxiliadora dormía en su vivienda adosada a la parroquia sin que, igualmente, se percatara de nada.
Aún se desconoce con exactitud la magnitud del robo, ya que podrían echarse en falta algunos elementos durante los próximos días una vez todo vuelva a la normalidad. En este sentido, los ladrones removieron cuantos cajones encontraron, desordenando documentación de los grupos de catequesis, de la propia actividad parroquial y de la hermandad de Cristo Rey que tiene en María Auxiliadora su sede canónica.
Se calcula que pudieron sustraer, por una parte, unos 700 euros de las huchas de los niños de catequesis, otra cantidad similar del mercadillo que realiza el grupo parroquial para obtener fondos y alguna pequeña cantidad de uno de los cepillos abiertos.
Todo apunta a que el robo no tuviera otro objetivo más allá de conseguir algún dinero, aunque incluso se llevaron algunos pucheros que se encontraban en el congelador de unos de los salones que custodian los alimentos de Cáritas parroquial, además de haber dejado tirados por el suelo otros alimentos.
Pero lo más grave de todo ha sido el daño al mobiliario de la parroquia, pues han destrozado prácticamente todas las puertas del edificio y las vitrinas que guardan algunos enseres de la hermandad de Cristo Rey. Una pesada cruz de madera que se encuentra en una de las vitrinas estaba tumbada estropeando a su vez un farol de los que se utilizan en la procesión del Domingo de Ramos.
Los ladrones llegaron incluso al camarín de María Auxiliadora, sin que aparentemente la sagrada imagen haya sufrido daño alguno. Incluso conserva los pendientes y otros abalorios de cierta importancia.
Mientras tanto, las mujeres de la asociación parroquial que intentaban la mañana del viernes devolver la normalidad a los servicios del templo no daban crédito a lo sucedido, incluso pensaban en que podría tr
atarse de alguien que conocía bien la parroquia. Así, señalaron que los ladrones consiguieron las llaves con las que abrir algunas puertas e incluso el sagrario que parecía no estar forzado.
El párroco, Juan Manuel Sotelo, aseguraba que la iglesia no guarda normalmente ningún dinero, salvo, de forma puntual, los fondos de alguna actividad. No obstante, la parque trasera de altar contempla una pequeña caja fuerte que también fue forzada, aunque no contenía nada en su interior.
Dada la magnitud de los destrozos materiales, todo hace pensar que el ladrón o ladrones permanecieron bastante tiempo en el interior de la parroquia. Incluso tuvieron tiempo de entrar en las dependencias que mantiene en la parroquia el Consejo Local de Hermandades y Cofradías.
Ahora, al parecer, será el seguro de la parroquia el que se haga cargo del arreglo de los daños ocasionados y reponga el mobiliario destrozado.
De forma irónica, el párroco señalaba a este periódico que a partir de ahora, como medida de seguridad, dejará abiertas las puertas de la parroquia para que no destrocen más las puertas y los muebles... Para el padre Juan Manuel Sotelo se trata de un robo “absurdo”.
El alcalde de Arcos condena el robo
El alcalde de Arcos, José Luis Núñez, se interesó en primera persona por el robo, y durante la mañana del viernes se desplazó a la parroquia para hablar con el sacerdote Juan Manuel Sotelo y otras personas vinculadas a los cuidados del templo. Núñez, que condenó estos hechos, espera que las investigaciones policiales den sus frutos y se logre detener al culpable o culpables del robo. Por lo pronto, la Guardia Civil habría tomado algunas huellas en las instalaciones, aunque este medio ha sabido que, dada la escasa cantidad de huellas digitales, los ladrones habrían utilizado guantes para no dejar rastro. Otro dato que llama la atención es que pudieron sustraer algunos objetos de cierto valor, principalmente artículos de orfebrería en plata, que, por otro lado, hubieran tenido una complicada salida en el mercado negro.
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