Los Mossos d'Esquadra y la Policía Nacional han desmantelado un laboratorio clandestino en un chalé de Sant Andreu de Llavaneres desde donde se distribuía cocaína después de adulterarla, con el arresto de tres personas, han informado este jueves fuentes policiales.
La investigación se inició en marzo tras detectar el laboratorio en un chalé de lujo en la urbanización Rocaferrera, donde se estaba procesando cocaína y que actuaba como centro de distribución, y se estableció un operativo conjunto entre los dos cuerpos policiales.
Los agentes constataron que en el laboratorio residía de forma permanente un británico, que se encargaba de mantenerlo en perfecto estado y establecía mecanismos para evitar la detección, además de recibir a aquellas personas que se encargaban de procesar y transportar la droga.
La ubicación de la casa era la idónea, según las mismas fuentes, ya que el hecho de estar aislada permitía a los traficantes operar con total impunidad y que durante la obtención del clorohidrato de cocaína la emanación de gases pasase inadvertida.
La investigación determinó que esta organización estaba controlada por británicos que formaban parte de una organización internacional que se dedicaba a introducir cocaína en España, su posterior procesamiento y distribución en Europa.
Los agentes realizaron un registro, tutelado por un juzgado de Mataró, el 28 de noviembre al detectar que los traficantes habían finalizado la preparación de la sustancia y que la organización pretendía distribuirla de forma inminente.
Localizaron en el garaje del chalé todo el material, la maquinaria y los productos químicos necesarios para tratar la cocaína y poder distribuirla, y detuvieron a los dos responsables del laboratorio.
Los investigadores desmantelaron el laboratorio donde se separaba la sustancia de los materiales donde estaba impregnada, se adulteraba y se preparaba en clorohidrato de cocaína para su distribución; mezclaban sustancias con la cocaína para potenciar sus efectos.
Entre el material intervenido había una prensa hidráulica, instrumentos para elaborar los paquetes de cocaína, básculas, microondas para secar y una gran cantidad de recipientes, así como una campana extractora con filtro para evacuar los gases producidos durante la elaboración de la cocaína.
16 KILOS DE COCAÍNA
Además, los agentes intervinieron 16,465 kilogramos de clorohidrato de cocaína, el formato más común en el consumo de esta droga, distribuida en paquetes de un kilo, ocultos en el suelo de un monovolumen, así como 70 kilogramos de hachís.
Horas después de desmantelar el laboratorio, los agentes localizaron a la persona que se encargaba de conducir el monovolumen, también de nacionalidad británica, cerca de un centro comercial de La Roca del Vallès, cuyo objetivo era conducir la droga hasta Holanda.
El vehículo, con la droga camuflada, tendría que haber hecho la ruta hasta Francia escoltado por otro turismo, que haría funciones de control, y en el país galo la cocaína se pasaría a un camión que continuaría el camino hasta Holanda.
La cocaína intervenida en el chalé tendría un valor en el mercado negro de 1.245.558,81 euros, mientras que el del hachís sería de 323.843,53 euros, que se podrían triplicar en el mercado europeo.
El laboratorio tenía una vida útil predeterminada por la organización, que una vez conseguidos los objetivos, lo desmantelaba y lo cambiaba de lugar; los tres detenidos ingresaron en prisión tras pasar a disposición judicial.
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