En una nota, el delegado episcopal explicó que la profesora de Religión se encontró el primer día de curso con que la cifra de matriculados superaba los 32, número máximo permitido por aula, lo que obligaba al instituto a repartir a los 41 alumnos en dos clases.
Modificación
Esta ampliación, según Pérez Escobar, llevaría consigo una modificación en el calendario escolar y una serie de inconvenientes “por los que el centro no estaba dispuesto a atravesar” al tratarse de la asignatura de Religión Católica, ya que “sí se hubiera realizado si se hubiese tratado de otra de mayor importancia como Lengua o Matemáticas”. En consecuencia, la jefa de estudios del centro citó a 14 de los alumnos matriculados y les “obligó a darse de baja en la asignatura y matricularse en 'Historia y Cultura de las religiones'”, una alternativa que el delegado tildó de “fantasma”, ya que “no existen profesores formados para impartirla ni un temario establecido”.
En este sentido, ahondó que ambas asignaturas abordan contenidos diferentes y que incluso en Religión se incluye un apartado sobre la historia y la cultura de las religiones, por lo que dijo no entender la solución adoptada por el centro.
Por todo lo anterior, la Delegación Episcopal de Enseñanza Católica anunció que ha dejado el asunto en manos de un grupo de abogados que se encargarán de estudiar casos como el del IES 'Las Marinas'.
Pérez Escobar temió que esta situación se esté dando en otros centros de la provincia, a pesar de que no haya más denuncias, y lamentó que se estén violando los principios fundamentales de los alumnos con una “clara intención” de acabar con la asignatura de religión.
Respuesta del centro
Por su parte, El director del IES 'Las Marinas' , Pedro Escobar, acusó al delegado episcopal de Enseñanza Católica en la provincia de Almería, de “mentir y difamar”, en este asunto. En un comunicado con membrete de la Consejería de Educación y sello de registro ante la administración, Escobar arremetió contra el miembro de la Diócesis de Almería, al que, punto por punto, rebate en sus afirmaciones contra el instituto que, a su juicio, denotan “temeridad y mala fe” ya que califica la asignatura alternativa de “fantasma” cuando la programación didáctica “ha sido aprobada por el Servicio de Inspección y cuenta con profesorado capacitado, recursos y libro de texto”. Así, Escobar defiende en su escrito la actuación del equipo directivo, que según asegura ha cumplido “al cien por cien los deseos de las familias y alumnos que han podido decidir libremente elegir por primera vez o cambiar de opción para el presente curso”. Resaltó, en esta línea, que ni un padre ni una madre “han tenido la más mínima queja sobre este asunto”.
Tras atribuir al delegado episcopal para la Enseñanza Católica “un conocimiento muy escaso del sistema educativo, que sorprende en una persona con un puesto de tan alta responsabilidad”, Escobar le acusa también de “mentir al ocultar parte de la verdad” que reside en el hecho --concretó-- “de que ha habido alumnos que, en virtud del derecho que asiste a sus familias, han cambiado las asignaturas alternativas por religión confesional”.
Por último, reivindicó la línea de trabajo seguida en un centro donde “trabajamos con personas de origen, cultura, ideas y creencias diferentes” --hasta 41 nacionalidad conviven en el IES-- y recordó la colaboración en proyectos internacionales “como primeros valedores de los derechos de las familias a decidir sobre las enseñanzas de religión que quieren para sus hijos”.
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