Desde mi palco

Rubicón cofrade en La Isla

El inesperado traslado del Padre Pedro de la iglesia Mayor y el nombramiento de un nuevo pregonero de la Semana Santa, guarda un oscurantismo que necesita de muchas explicaciones.

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  • Desde mi palco. -

Si el obispo diocesano, Rafael Zornoza no se ha dado cuenta, ya es hora de que lo haga. Cesó un director de Cáritas diocesana, vecino de San Fernando; se encontró con el transexual que no pudo ser padrino, también en San Fernando, y ahora, dentro de un amplio oscurantismo, quitan de un plumazo al pregonero de la Semana Santa 2016, con excusas que no desvelan la realidad de cuanto acontece.

No es extraño que el obispo pueda cambiar el destino de un vicario parroquial e incluso de un párroco. Ni lo es, ni es motivo de manifestaciones, que nada consiguen. Recuerden las manifestaciones por el traslado del Padre José María Neira en la Bazán. Pero sí es cuanto menos sospechoso que el Padre Pedro Enrique García Díaz, un sacerdote que ha logrado el cariño de la feligresía de la iglesia Mayor y que ha puesto en marcha iniciativas como la escuela de acólitos para ayudar a misa, el Belén Viviente de la residencia de San José, que ha acercado a no creyentes a la Iglesia y que ha conseguido consolar a numerosas personas por medio de su acción pastoral y su bendita palabra, no pregone la Semana Santa 2016, como así lo aprobó el Consejo de Hermandades.

Que al Padre Pedro Enrique García Díaz lo trasladen de la iglesia Mayor y fuera de San Fernando es una pena, pero que aceptamos, pues los designios de Dios, son así. Perdemos un sacerdote de una palabra privilegiada. De esos que hacen falta en todas las parroquias. Que ha demostrado cercanía, que ha dado ejemplo no sólo con la palabra. Que ha dado testimonio.

No cabe duda, que hay oscurantismo. Que en San Fernando arden las redes sociales y las barras de bar, que se habla de lobbys, de segundos platos, de enemistad, de envidia. En definitiva, nadie dice por qué lo trasladan, ni adonde, y sobre todo si su traslado es tan lejos que le impedirá pregonar la Semana Santa 2016. Parece que se olvida las palabras de Juan 8:32 que anima a decir la verdad, porque "la verdad os hará libres". Mientras, quienes silencian serán presos de ese silencio.

Repito, yo no me manifiesto en contra del traslado del Padre Pedro, respetando la jerarquía, aunque lo echaremos de menos. Pero sí me manifiesto en contra de que un pregonero no pueda dar su pregón, porque los tiempos de la censura o del totalitarismo han pasado. O al menos, eso creo y quiero creer.

A partir de ahora, el Consejo de Hermandades se verá obligado a elegir un pregonero titular y otro suplente, por lo que pudiera pasar. Desde luego, no tienen culpa alguna en este tema, pero la situación resulta esperpéntica y sin sentido. Está claro que se ha cometido un tremendo error o una falta de cálculo.

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