Pedro Enrique García Díaz, vicario parroquial de la iglesia Mayor, fue el encargado de exaltar anoche la eucaristía en la capilla del colegio de las Hermanas Carmelitas. En esta ocasión no hubo procesión eucarística por los aledaños del colegio, pero sí un acto de adoración al Santísimo, tras el que comenzó la exaltación.
El sacerdote recordó su primer contacto con la procesión del Corpus Christi de San Fernando, cuando vino con 15 años formando parte del cuerpo de acólitos San Servando y San Germán. En su exaltación, llegó incluso a cantar, acompañado a violín, y manifestó "te quiero por los que te aborrecen, sirva mi amor como desagravio".
El exaltador denunció cómo "están matando las antiguas costumbres de nuestros mayores", al tiempo que defenció la salud del alma, y como se pone en tela de juicio a la familia.
"¿Quién es el opio del pueblo hoy? ¿es mi religión?", cuestionó, para añadir que "un cristiano qu eno come el pan de vida eterna ni el cáliz de la salvación, va muriendo en su propia alma".
Las hermandades sacramentales también tuvieron su recuerdo, al igual que el 50 aniversario de la Adoración Nocturna femenina.
En este sentido resaltó que "una hermandad sin espíritu ecuarístico, es simplemente una ONG". El exaltador finalizó su intervención con "Corpus Christi custodiat me in vitam aeternam", recordando que será "dichosa la lengua que clame la majestad de Cristo eucaristía".
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