Esta semana han comenzado unas rápidas obras para corregir el desvío de uno de los muros del Puente Nuevo, tras que en noviembre pasado se detectaran unos desperfectos que el Gobierno local atribuyó al choque de un todoterreno. Muchas voces, sin embargo, han exigido una más profunda investigación en torno a estos hechos, al señalarse como posible causante de los daños a la enorme grúa que sacó basuras del fondo del Tajo días antes de detectarse la grieta. Sobre el asunto, sin embargo, el Ayuntamiento decidió echar un velo más o menos tupido.
Sea como fuere, la imagen que estos días hemos visto en el Puente ha sido inédita, con parte de uno de sus muros, desmontado piedra a piedra, dejando un hueco al vacío. Como una pequeña herida a la historia de la ciudad. Y ello en mitad de una actuación que, en todo caso, ha venido a certificar que el Puente goza de buena salud, dado que su impecable construcción sigue siendo un magisterio para la Ronda contemporánea. La propia empresa adjudicataria de los trabajos, la rondeña Salas Durán, ha certificado la perfección de la obra. Y ha trabajado para que el resultado no afee el emblema de la ciudad. De este modo, las tareas de desmontaje de las piedras del muro, que han vuelto a ser encajadas para corregir la grieta aparecida, así como el posteriormente montaje han sido vigiladas con esmero. Se ha cuidado cada piedra, e incluso el color del mortero que ha venido a fijarlas nuevamente al impresionante coloso de Ronda.
Esos morteros, las piquetas y grúas, los albañiles y cuerdas se han convertido en la imagen que los turistas se han llevado de la ciudad. Al hacerse necesario el corte de un carril del Puente, lo que venía a afectar al tráfico, el Ayuntamiento decidió mejorar a la vez parte del adoquinado en la entrada al Convento de Santo Domingo.
Las obras han costado 7.000 euros. Aún no están finalizadas del todo, pero lo estarán estos próximos días. El muro sí que ha sido recompuesto, pero quedan algunos detalles menores. Y el Puente ha superado la prueba. Ahora, sin embargo, toca realizar un estudio sobre el estado general de conservación de este monumento, como se anunció hace semanas. Estaba pensado antes de lo sucesos que afectaron al muro, y pretenden una exhaustiva revisión del Puente Nuevo, tras invitar los arqueólogos municipales a los actuales gobernantes a certificar la unión entre el Puente y la piedra, a tenor del intento tráfico y trasiego que soporta un monumento que, aunque fue pensado para lo que se utiliza, seguro no adivinó la historia futura de los vehículos a motor. El Ayuntamiento ha pedido apoyo técnico para ello a Diputación.
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