Las elecciones dejan en Málaga un escenario atomizado, donde el bipartidismo PP-PSOE sigue perdiendo espacio pero conserva un 56 por ciento del electorado y con un margen estrecho de dos puntos y 15.800 votos de diferencia entre ambas siglas. Málaga se dibuja junto a Almería como un mapa de color azul en medio de la victoria socialista del resto de Andalucía.
El PP ha logrado situarse de nuevo como primera fuerza y eso a pesar de perder más de 132.000 votos en el conjunto del territorio y dos diputados. Con el escrutinio ya al completo el PP se hace con 4 de los once diputados en liza, con 224.282 votos.
Le sigue un PSOE que se queda con tres diputados, los mismos que en 2011, y que pierde 18.000 votantes en la provincia y logra 208.405. Las nuevas fuerzas, Podemos y Ciudadanos empatan con 132.345 y 132.185, respectivamente, y se reparten dos diputados cada uno, dejando fuera a Izquierda Unida.
Los resultados han dado la vuelta a las encuestas, que en los últimos días auguraban una victoria de los socialistas y mayor fuerza de los emergentes. Sin embargo, el PSOE sigue teniendo su asignatura pendiente en las grandes ciudades, donde los populares han consolidado la fuerza mostrada en las municipales, hace sólo seis meses.
En la capital gobernada por el popular Francisco de la Torre, la mayor ciudad española bajo dominio de estas siglas, los populares siguen en cabeza aunque con una fuerte pérdida de apoyos. La Estepona del cabeza de lista popular en estas elecciones, José María García Urbano, y grandes ciudades de la costa como Marbella, Vélez o Mijas, siguen apoyando a los populares.
En un escenario tan abierto como se presentaban estos comicios, Podemos y Ciudadanos empiezan a consolidarse en su primera cita con los electores en unas generales. El partido de Iglesias logra hacerse con la tercera posición a diez puntos de la segunda y relegando a la cuarta posición al partido naranja. Ambos crecen a costa de izquierda Unida, que queda fuera del Parlamento.
Hace cuatro años la victoria fue mucho más abultada para el PP. En pleno declive del zapaterismo y en medio de la crisis económica, los populares lograron un gran respaldo con casi la mitad de los votos y seis de los diez diputados en disputa. En noviembre del 2011 lograron el doble de representantes en Madrid que los socialistas. Izquierda Unida se coló en el reparto con el entonces joven promesa, Alberto Garzón. Su concurrencia por Madrid no ha sido suficiente para estas siglas.
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