Campo de Gibraltar

Transfronterizos, ciudadanos de UE y extracomunitarios tendrán carril propio en la Verja

España, Reino Unido y Gibraltar siguen trabajando por la 'solución Schengen' para el Peñón con un grupo negociador específico

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  • Peatones cerca de la Verja. -

La fluidez en la frontera con Gibraltar es el objetivo prioritario de las negociaciones actuales entre Reino Unido y la Unión Europea ante la consumación del Brexit en un plazo de apenas ocho días. España, que como ya se ha dicho juega un papel clave en las negociaciones -su beneplácito es necesario en cualquier aspecto de la negociación que se refiera a Gibraltar- está dispuesta a facilitar esta transitabilidad a través de la Verja poniendo los medios que se requieran, y para ello está invirtiendo 4,5 millones de euros en unas obras en la frontera que darán lugar a la habilitación de tres carriles de entrada y otros tres de salida peatonales y cuatro para cada tipo en el caso de los vehículos.

El objetivo no es únicamente tener más puestos de control y agilizar el paso de personas y automóviles, sino cumplir un objetivo que se perseguía ya desde hace tiempo, el que los trabajadores transfronterizos tengan su propio carril de entrada y de salida para cruzar la frontera.

La intención es que no sólo ellos entren por separado. Los comunitarios, procedentes de países de la UE; y los extracomunitarios también irían cada uno por su carril. Así lo aseguran fuentes gubernamentales españolas, que remarcan que España mostrará la “mayor flexibilidad que le permita el acuerdo de Schengen” en la Verja, siempre recordando que como dijo la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, hay que recordar que Gibraltar se convertirá, si no hay acuerdo, en frontera exterior, y lo que en ningún caso se contempla es “seguir como hasta ahora” porque sencillamente la legislación internacional no lo permite.

En relación a Schengen, la solución más del agrado de Gibraltar, también es vista con buenos ojos por España. Es por ello que se ha creado un grupo específico de trabajo dentro del personal negociador para trata esta cuestión. Garantizaría la fluidez postbrexit en el tránsito de personas a cambio de que el Peñón controle como en una frontera externa a los llegados de terceros países -como Reino Unido- y requeriría que un país miembro del grupo -el más obvio sería España- controlase el acceso de viajeros al espacio Schengen.

Pero, como ya avanzaba El País días atrás y confirmaban a este medio fuentes cercanas a las conversaciones , el principal escollo es la negativa británica a que sean agentes españoles. Ante esto, una solución -siempre temporal- serían agentes del Frontex, pero para llegar a lo provisional debe de haber acuerdo previo sobre qué habrá después. 

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