Silvia, de 33 años, tiene un hijo de 13 con discapacidad. Hace diez, el padre del ya adolescente murió. En la última década, la joven se ha visto obligada a cambiar en reiteradas ocasiones de domicilio. Dada su precaria economía, acabó siendo desahuciada del inmueble que ocupaba en Loreto. Una amiga le ha dado cobijo a ella y a su niño durante cinco meses. Ayer, su vida cambió por completo al recibir las llaves, junto a otras 27 familias, de una vivienda social en el recién rehabilitado edificio en el número 2 de la calle Doctor Marañón, en el populoso barrio de El Balón.
“Hoy mismo enrollo los tres colchones y me vengo aquí”, celebraba Leo, de 46 años, madre soltera por partida doble, obligada a desembolsar 450 euros hasta ahora por malvivir en “una casa apuntalá” en la plaza Pinto.
“Salud, prosperidad y alegría”, les deseó el alcalde, José María González, Kichi, a todos los beneficiarios, “28 familias gaditanas”, que realmente lo necesitaban. “Aquí no hay nadie que tenga esto como segunda residencia”, remachó en la intervención que cerró un acto que, dada su importancia, contó con una docena de representantes públicos. Entre ellos, la secretaria General de Vivienda de la Junta de Andalucía, Alicia Martínez, que se felicitó por poner fin a un proyecto que se ha alargado durante tres años gracias a la colaboración de la Administración autonómica, los promotores privados y Procasa para promover viviendas a precios asequibles; y el subdelegado del Gobierno en Cádiz, José Antonio Pacheco, quien reivindicó el derecho a la vivienda y remarcó el compromiso de las instituciones.
La concejala de Vivienda, Eva Tubío, subrayó finalmente las soluciones para la eficiencia energética con la que cuenta el edificio, propuestas por la UCA y revolucionarios en Europa, que combinan cubiertas y fachadas ventiladas, la micronización de gotas de agua para la mejora del enfriamiento y estrategias de ventilación interior.
La obra, que ha tenido un coste de dos millones de euros, financiados por la UE, el Ministerio de Fomento, la Junta y el Ayuntamiento ha permitido construir 28 viviendas, doce para menores de 35 años, libres de barreras arquitectónicas.
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