¿Con qué energía llega a esta cuarta edición como director del Festival?
–La energía te la da la iusión, y la ilusión es toda, y por eso las energías son todas. Me siento bien. Siento que se están cumpliendo los objetivos que teníamos marcados. Éste es un año complicado por razones obvias. Ocurre que hay una crisis, que es una crisis mundial, no es de Huelva. Es un año raro, pero conservo el cosquilleo y la inquietud. Cuando no lo sienta dejaré el festival. Esa mezcla de inquietud, ilusión y responsabilidad me da mucha confianza.
¿En qué cosas concretas nota el Festival los efectos de la crisis?
–La crisis no ha afectado a nuestro presupuesto, pero sí a la liquidez, o a la relación con los proveedores. De todos modos, con todo el respeto para las familias que de verdad padecen la crisis, una situación como ésta no es siempre negativa. Supone un cambio de mentalidad, un cambio en la manera de hacer las cosas. La crisis nos permite un ejercicio de adaptación a los nuevos aires, a un nuevo modo de gestión.
Dice que hasta ahora los objetivos se están cumpliendo, ¿Cuáles son los principales para este año?
–Cuando empecé la dirección, se habló de una estrategia, de una ruta. El primer año era llegar; el segundo, hacer las mejoras obvias y evidentes; el tercero era estudiar el modelo que venía bien a Huelva, y el cuarto sería consolidar ese modelo. Creo que la ruta se está cumpliendo. Este año podemos hablar de que ya tenemos un modelo de festival adaptado a nuestro presupuesto, a nuestras circunstancias, a la imagen del festival y a la realidad de la industria cinematográfica iberoamericana. El mensaje de este año es la utilidad. Trabajamos para que el festival sea útil a través de la oferta cultural que ofrecemos. Queremos ser útil profesionalmente, y hay un interés creciente. Y este año otra vez estamos teniendo una repercusión mediática adecuada.. El festival tiene que ser útil. Ese es nuestro objetivo.
¿Qué tiene de especial este Festival, que es lo único capaz de aunar a las cuatro administraciones?
–Tiene de especial que es de Huelva, de los onubenses. Es un festival que ha estado en la vida de toda una generación de onubenses, y que sigue estando. Las cuatro administraciones son conscientes de que es un festival que pertenece a los ciudadanos de Huelva; saben que se está consiguiendo una buena oferta cultural; saben que tiene una utilidad para la imagen de Huelva. A muchos sorprendería lo positiva que es la imagen que se tiene de Huelva a través de la marca del festival. Por encima de intereses particulares, las cuatro administraciones entienden que hay un objetivo superior que es mantener y apoyar el festival.
¿En qué aspectos concretos hay que incidir más en el trabajo de cara al futuro?
–Queremos estar posicionados en el circuito de industria y de mercado para que nos sigan enviando 525 películas, como este año, y que sean de calidad; que la industria tenga interés en venir a Huelva, porque aquí tienen beneficios; y que sigamos teniendo una buena imagen de marca, y sigamos vendiendo la imagen de Huelva como se está haciendo hasta ahora.
¿Cuál es la imagen que traen de Huelva los que vienen del exterior para participar en el festival?
–Hay tantas como personas que vienen. Pero subrayaría la imagen de respeto y cariño que tienen de Huelva. El de Huelva es un gran festival mediano. Su dimensión mediana y humana le da un componente sentimental que no lo tienen los grandes mercados. Aquí se hacen amigos. Excepto raras excepciones, todos se van con una gran satisfacción.
¿Qué mensaje lanzaría para animar a los onubenses a que disfruten del festival?
–Un mensaje es que el Festival es una oferta cultural extraordinaria. Al que le interesa, normalmente ya lo sabe. Pero si a usted no le interesa, no pasa nada porque el festival también le es útil. Incluso para una persona que desprecie el festival, también le es útil, porque es bueno para Huelva, para su sociedad, para su economía. El Festival de Cine Iberoamericano sitúa a Huelva en el mapa de mundo .
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