La pregunta sobre los “compromisos y pautas de comportamiento en la acción de Gobierno” le servía a Javier Arenas para criticar duramente al presidente de la Junta por haberse enarbolado como el “líder del consenso” cuando el “sectarismo es su norma” y la “salsa de su gobierno”.
Le echaba en cara la “soberbia humillación” que supone la deuda histórica por su cuantificación, plazos, forma de pago y destino de las inversiones y le criticaba que hubiera aceptado un sistema de financiación con el que es “cómplice de la desigualdad”, argumentando que, con todo lo que hay que pagar y la deuda asumida, en dos años Andalucía deberá 20.00 millones de euros, según los expertos a los que había consultado.
“¿Dónde está la palabra dada?”, le decía a Griñán para apuntar que “usted no manda, no era el candidato de Zapatero y lo estamos pagando”.
El presidente no tardaba en entrar al trapo, le recordaba que sólo llevaban seis meses en el Gobierno en los que se ha debatido con la oposición de muchos temas y le apuntaba que en los dos años y medio que quedan “habrá tiempo más que suficiente para que nos aclare sus propuestas, sus reformas serias y profundas, ya que sólo sabe utilizar adjetivos”.
Defendía el papel del Gobierno de Rodríguez Zapatero recordando lo que “robaba” a Andalucía el Gobierno de Aznar y resaltaba que todas las comunidades han acudido al endeudamiento.
“Nosotros sí definimos los objetivos pero ¿cuál es su modelo presupuestario o sus reformas”, le incidía para apuntar que sólo se conoce lo que hacen en otras comunidades autónomas, que es privatizar servicios. “Lo que quieren es el poder pero no nos han dicho qué quieren hacer si alguna vez es que ganan”, concluía.
De retórica hueca a pereza intelectual
La réplica de Arenas fue más dura: “Se pasa todo el día hablando desde una retórica hueca y sin cumplir compromisos”, para apuntar que en Andalucía se están privatizando las plazas de guardería o las residencias de mayores, mientras se engorda al sector público en contra de los funcionarios y en lugar de “recortar” los altos cargos, “los recolocan”.
Criticó la “respuesta estratosférica” que significa el “ecosistema de la innovación” planteado en el debate de presupuestos, le recordó que no habían aceptado ninguna propuesta del PP en estos meses y le volvió a ofrecer el mismo diálogo que a la consejera de Economía con los presupuestos. “30 propuestas y miles de enmiendas”, añadía.
Cerraba con una frase estudiada: “De la Andalucía imparable de Chaves a la sostenible de Griñán, que hay que sostener porque se nos puede caer a pedazos con un millón de parados” y le recomendaba que se quitase “las gafas de tres dimensiones” para percibir mejor la Andalucía real.
“Usted gasta más tiempo en buscar un adjetivo que en buscar una idea”, le replicaba Griñán para constatar que eso era “de pereza intelectual” y criticar que siempre personalizara el debate.
“¿Sus propuestas serias y profundas?, se las leeré”, le decía aunque le apuntaba que hay incoherencia “entre lo que dicen que van a hacer y lo que hacen cuando gobiernan”, por lo que le pidió que las planteen sus iniciativas “con coherencia”.
No pueden predicar con el ejemplo, le espetaba Griñán, “porque no han sido capaces de definir un proyecto hasta que han gobernado y lo han puesto en práctica”.
Habrá debate sobre Agricultura pero más tarde
El presidente de la Junta aceptó ayer la petición que le realizaba el coordinador regional de IU, Diego Valderas, para abordar un gran acuerdo en defensa de la agricultura en el Parlamento pero lo supeditó a que finalice la negociación entre la Junta y las principales organizaciones agrarias.
Griñán, que coincidía con Valderas en poner el valor el sector de la agroalimentación como pilar básico de nuestra economía y en los problemas estructurales que soporta, le recordaba que desde octubre están trabajando con las organizaciones agrarias en tres grupos de trabajo para analizar el estado actual de la agricultura.
Los grupos analizarán la formación de precios y la comercialización; la competitividad; y las infraestructuras y la fiscalidad.
"Déjenos terminar estos acuerdos, que traeremos a esta Cámara donde estaremos muy dispuestos a escuchar sus sugerencias y propuestas porque, por lo que le he escuchado, creo que vamos en la misma dirección", señalaba Griñán.
Apuntaba, además, que lo que se busca no es “ni un proteccionismo mal entendido ni una competencia desleal, sino una competencia justa”, apuntando la necesidad de que la Organización Mundial del Comercio aplicara una “clausula de igualdad regulatoria” para evitar que vengan productos de países en los que no se aplican las mismas leyes, en referencia a las garantías laborales o a las legislaciones restrictivas sobre producción.
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