Y es que el primer edil isleño entiende que la salida de aguas fecales procede de uno de los edificios del barrio y no es problema de la red de alcantarillado, por lo que la responsabilidad recae en la Junta y así se lo no ha notificado por carta.
La carta que remite De Bernardo a la Delegación de Vivienda sólo persigue, a juicio de García Caballero, “trasladar la culpabilidad” de un hecho a otra administración, “pero en ningún momento le exime de la responsabilidad que sobre esa situación tiene el alcalde, le recordamos, de todos los isleños e isleñas”.
Además, subraya García Caballero, el problema de las aguas fecales que sufre esa barriada es sólo uno de entre los muchos que han denunciado los vecinos y que el alcalde no menciona. Por tanto, queda claro que la intencionalidad de la carta “no es la de solucionar el problema sino la de deshacerse del mismo atacando a otra administración, en esta ocasión le ha tocado a la Junta”.
Desde 2008
En el PSOE se preguntan los motivos que han llevado a De Bernardo a no actuar en la barriada Olmo pese a saber que el problema de filtraciones de aguas negras se estaba produciendo, como él mismo reconoce, desde diciembre de 2008. “Esa parálisis del alcalde para responder a tiempo al requerimiento de unos vecinos desesperados por la situación en la que viven resulta cuestionable e impropia de alguien que ostenta el cargo de máximo representante de la ciudadanía isleña”.
Para García Caballero hacer valer los intereses de los vecinos de San Fernando y defender aquello que se conoce, como sucede con el alcalde y las filtraciones de fecales, “necesitan de elementos más contundentes que una simple carta arrojada a un buzón, pero también requiere de una predisposición a servir a los demás en base al puesto que ostenta y que, lamentamos, no podemos adjudicarle a De Bernardo”.
Según el socialista, lo primero que debería haber hecho el alcalde tras conocer los problemas que afectan a las familias que viven en la Barriada Olmo “no es mandar, tal y como ha sucedido, a los inspectores municipales, sino haber acudido en persona y ordenar la reparación urgente del problema mencionado y de todos los demás que existen y a los que el alcalde evita referirse”. Después de solucionado es cuando De Bernardo “debería haber reclamado los perjuicios ocasionados a la instancia correspondiente, pero lo primero es el bienestar de los vecinos y luego, si quiere, la batalla política que el Gobierno municipal mantiene con el resto de administraciones. El primer edil isleño ha iniciado una lucha dialéctica que al vecino afectado no le soluciona nada. Si tiene que sancionar, que sancione, pero que arregle el problema que es su principal misión”.
Porque ser alcalde de una ciudad “conlleva la aceptación implícita de lo bueno y lo malo que depare la gestión de la misma. De Bernardo se ha convertido en un alcalde intermitente que sólo aparece en las fotos de las obras e inauguraciones que, aunque ejecutadas en su inmensa mayoría con dinero de otras administraciones, no duda en atribuirse. En ese escenario no le importa moverse”.
Por último desde el PSOE le exigen al alcalde que la próxima carta que envíe sea a los vecinos, “mejor aún, que los visite personalmente, y mande adecentar la barriada, puesto que la limpieza, jardinería, electricidad y un sinfín de problemas, son competencia de este equipo de gobierno y por allí el personal municipal hace meses que no pasa”.
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