La tala de árboles

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En los últimos días estamos asistiendo a un debate esperado, si bien algo tardío, a costa de la tala de árboles por las obras del tranvía, denunciada por algunos colectivos, entre ellos ecologistas, críticos con el proyecto, por sus consecuencias en el arbolado de la zona por la que discurrirá el nuevo sistema de transporte, a los que se ha unido el PP. El concejal de Medio Ambiente, José Luis Cano, se ha visto entre la espada y la pared, por un lado acuciado por las presiones de un gran sector de la población contrario a que desaparezca arbolado, y por otro, su responsabilidad en el gobierno local para facilitar los trabajos y cumplir con el calendario. Cano y Valdivielso han protagonizado un pulso por cuestiones que a los ciudadanos de a pie nos han dejado estupefactos, porque parecía que todo estaba muy claro desde el principio y ha resultado no ser así, como lo prueba el acuerdo de las compensaciones. Es imposible aceptar que la Concejalía de Medio Ambiente fuera ajena a la necesidad de proceder a la tala de árboles, esa es precisamente su responsabilidad, aunque se trate de una obra de la Junta, que en efecto tiene sus competencias pero que no puede hacer y deshacer sin el respeto debido a la ciudad y a los ciudadanos. Hay que ser pragmáticos, el tranvía ya es imparable, pero lo que sí se puede frenar es la imagen que a veces dan algunos de nuestros políticos.

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