La nueva Ley del Aborto

Les he comentado en muchas ocasiones que estaba deseando que el PSOE hiciera algo que mereciera, desde mi modesto punto de vista, la pena, y con lo que estuviera de acuerdo...

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Les he comentado en muchas ocasiones que estaba deseando que el PSOE hiciera algo que mereciera, desde mi modesto punto de vista, la pena, y con lo que estuviera de acuerdo. Del mismo modo me permitiría posicionarme en una postura totalmente opuesta a la que muchos me presuponen. Pues bien, resulta que por fin me ha llegado la oportunidad con la nueva Ley del Aborto.

Desde mi punto de vista, ni los políticos, ni los asesores que los ilustran tienen potestad para ni tan siquiera opinar sobre nuestra moral –sobre todo porque ellos no la tienen–. A fin de cuenta si alguien no quiere tener un hijo, después de cometer el error de quedarse embarazada, un error aún mayor e irreparable sería obligarle a criarlo. Sí que es verdad que habría que limitar el tiempo de interrupción del embarazo al que científicamente, medicamente, psicológicamente o lo que proceda, se demuestre que el feto pasa de ser una cosa a ser alguien. Por lo demás, siempre es mejor arreglar un error siempre que se esté a tiempo, que condenar a una persona a sufrirlo toda su vida. Quede claro que pienso que lo más grande de este mundo es ser padre, y de hecho mi mujer está actualmente embarazada, por sorpresa, y aunque le he tenido que pegar una patada al futuro semiplanificado de nuestra familia, les aseguro que no hay otra cosa que me haga más ilusión que ver nacer a esa criatura. Pero del mismo modo, reconozco que no somos nadie para mandar en la vida de nadie, y más cuando conozco casos de mujeres que han parido, pero nunca han llegado a ser madres.

Hay quien piensa que lo hubieran pensado antes, pero es que ese no es el problema, ese es el principio del problema. Y este no se arregla reprochándole a la mujer, adolescente o niña, que lo hubiera pensado antes. Otro apartado, es el de la mayoría de edad. Cualquier mujer, por muy joven que sea debe tener derecho a decidir sobre su vida, a fin de cuentas el nacimiento de ese hijo no deseado le va afectar a ella. Si acaso habría que darles la posibilidad a sus padres de adoptar a la criatura, y de esa forma excluir a la futura madre de ninguna responsabilidad.

Ahora bien, del mismo modo que considero que ni el PP, ni la Iglesia, ni nuestra hipócrita moral deben incidir sobre las decisiones de nadie. Ningún gobierno tiene porqué hacerme comulgar con una asignatura que es el antagonismo del cristianismo. Si yo quiero ser cristiano tengo que tener el mismo derecho que tienen los que no quieren serlo. Que la religión no tiene nada que ver con el gobierno, pues sí. Pero del mismo modo el gobierno no es nadie para imponerme su doctrina. O todos moros o todos cristianos. Lo que no se puede es pregonar la libertad en muchos aspectos, y después imponer tus ideales, por cojones. Eso es hipocresía. Al final, mira por donde, me tengo que cabrear con el PSOE. Si fueran tan demócratas como pregonan, quizás, otro gallo nos cantaría.

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