La flamante consejera de Agricultura de la Junta, la exalcaldesa de Alcalá la Real, Elena Víboras, ha venido pronto a su tierra y como era de esperar lo ha hecho en un acto, en este caso organizado por la organización agraria UPA, para hablar del olivar, más en concreto la Política Agraria Común (PAC) que está a punto de alumbrarse y que todavía presenta algunos flecos de los que depende en gran medida que nuestra provincia mantenga la inyección que cada año recibe de los fondos europeos, que en estos momentos es más necesaria que nunca por las dificultades en que la economía ha puesto también al sector olivarero que por diferentes razones, y en especial a causa de los precios, afronta desde hace años una preocupante deriva, y a pesar de todo hay que ser optimistas porque no es la primera vez, ni será la última, que el olivar sufre la adversidad y ha remontado otras situaciones igualmente difíciles. Pero en este caso están en el aire del orden de los 400 millones de euros anuales y no es complicado entender lo que esto supone para la economía de una provincia tan maltrecha. La consejera se ha comprometido con su tierra, sabemos que ella representa a toda Andalucía y a bastantes más intereses que los de nuestro mar de olivos, pero no cabe duda de que se trata de un cultivo estratégico y que produce nada menos que aceite de oliva virgen extra, cada vez más demandado y reconocido en el mundo por sus excelentes cualidades. Este dinero que Jaén reclama a Europa no es para la sopa boba ni para seguir instalados en la subvención que tan mala imagen ofrece, muy al contrario es como un bote salvavidas para no hundirnos.
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