Los sindicatos mayoritarios salieron ayer de nuevo a la calle para conmemorar el Primero de Mayo, una fiesta que durante años ha tenido un carácter más festivo que reivindicativo pero al que la situación de crisis que ya se prolonga demasiado ha vuelto a llenar de contenido, de hecho lo que en varias ediciones era una presencia testimonial ha vuelto a convertirse en grandes concentraciones reivindicativas en contra de las políticas de recortes que encabeza el Gobierno de la nación. Los propios sindicatos han visto aumentada su autoestima porque habían perdido la conexión con los ciudadanos y en las protestas de los últimos años han conseguido un mayor respaldo, pues están aumentando los directamente afectados por el temporal económico, en primer lugar los parados, que en Jaén y su provincia suman ya más de 124.000 y con tendencia al alza, a lo que hay que añadir los profesionales de sectores que se sienten especialmente agraviados por la tijera gubernamental, como los propios funcionarios. Ayer las calles de la ciudad se llenaron de banderas y de gritos, y los sindicatos de clase (CSIF actuó por su cuenta con una caravana reivindicativa) tuvieron el apoyo de los partidos de la izquierda, PSOE e IU, todos juntos en contra de la política del Ejecutivo de Rajoy que tiene que lidiar prácticamente en solitario con las decisiones más impopulares de la historia de la democracia, arrasando derechos que costó décadas conseguir y con la justificación de que son obligadas para cambiar la senda de una situación extremadamente difícil.
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