En primer lugar, habría que haber valorado la opción de crear un logotipo para cada localidad, que quizá podrían unirse incluso iconográficamente. Y tiene sentido porque después de 2010, ¿qué papel juega San Fernando? ¿Por qué San Fernando celebra su fiesta en 2010 y el logotipo no hace referencia a esa fecha? En segundo lugar, debería haberse tomado el pulso a las dos ciudades. Contar con los ayuntamientos de Cádiz y San Fernando que son siempre los últimos en enterarse y que juegan un papel fundamental. Y en tercer lugar, no se puede predicar sobre el entendimiento, sobre la “cordura y el sentido común”, cuando no se ha querido escuchar a comerciantes, empresas turísticas, hosteleros y demás sectores de Cádiz que no ven con agrado este logotipo. Los gaditanos, a los que les gusta y a los que no, saben que La Pepa será la imagen oficial, que no existe vuelta atrás, pero eso no significa que no haya sido impuesta, a pesar de cumplir la ley, o que guste, a pesar de ser “moderno, serio y popular”.
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