Según fuentes del caso, el informe entregado al juez de instrucción 18 de Sevilla confirma que Laura Cerna, de 49 años, falleció por numerosas heridas de arma blanca en la región torácica, tras lo cual el presunto asesino separó la cabeza y un brazo para poder introducir el cuerpo en una maleta y deshacerse de ella en el río Guadalquivir.
El Instituto de Medicina Legal aprecia una “etiología homicida clara” en las lesiones de la víctima y descarta la versión del acusado, el español A. G. S, de 30 años, de que la mujer se autolesionó cuando él, supuestamente, se negó a mantener relaciones sexuales.
El presunto autor del homicidio no fue detenido hasta unos días después y desde el 9 de septiembre cumple prisión incondicional sin fianza, imputado por un delito de homicidio, al que el abogado de la familia de la víctima añadió otros delitos de violación y profanación de cadáveres.
El caso se encuentra a la espera de que el imputado, camarero de profesión, sea sometido a una prueba psiquiátrica y psicológica y otra del Instituto Nacional de Toxicología para corroborar que era consumidor habitual de drogas.
El informe forense recoge además que la víctima presentaba lesiones defensivas en el brazo, causadas al intentar evitar las puñaladas.
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