Querida taberna

Recolocando vasos. Recolocando historias

Cuando entras en un bar de Sevilla. De los de toda la vida. En ese momento ya hay un sujeto, dícese camarero, invitándote a entrar y acomodarte...

Publicado: 10/01/2024 ·
21:07
· Actualizado: 11/01/2024 · 11:02
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Autor

Andi Koetxea

He publicado los libros “Huelva choquera y tabernera” (2021) y “Sevilla, la ilustre taberna” (2023). El mundo de los bares y las tascas es la excusa perfecta para sumergirme en la antropología de la vida cotidiana

Querida taberna

Cerca del mostrador de bares y tabernas pasan cosas, y algunas muy curiosas. Este blog atrapa al vuelo esos sucedidos para que caigan en buenas manos

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Cuando entras en un bar de Sevilla. De los de toda la vida. En ese momento ya hay un sujeto, dícese camarero, invitándote a entrar y acomodarte en un huequecito (sí, ese que parece que no existe, pero sí existe). Simultáneamente te pregunta que qué quieres. De beber, por supuesto, que el condumio llegará después. En tu fracción de barra bebes ansioso ese primer trago que permite que la espuma no se largue. Mientras, buscas la pizarra de las tapas.

El camarero, ágil y rítmico, levanta vasos a la vez que, con la bayeta, enjuga lo que los vasos han sudado. El vaso vuelve a ser depositado. Pero, fíjese bien, no en el mismo lugar. El camarero va, sutilmente, recolocando vasos. Con ello provoca unos movimientos similares, apenas perceptibles, en cadena, de la clientela. Con ello va consiguiendo algo parecido al vacío donde parecía imposible. De nuevo entran parroquianos, necesitados de amor, que son acomodados en la barra. Y así, de forma sucesiva, hasta que se completa el cuadro de un bar amistosamente rebosante.

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