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El alza de los tipos de interés llega a su fin pero familias y empresas sufren sus efectos

El BCE acordó diez subidas consecutivas de los tipos de interés para llegar a mediados de septiembre de este año al 4,5 %, una cota inédita desde 2001

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  • Christine Lagarde. -

Las subidas de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) para controlar la inflación parece que han llegado a su fin, pero a lo largo de todo 2023 las familias y empresas han sufrido de cerca el encarecimiento de la financiación y los efectos se seguirán notando el próximo año.

La reacción del BCE al aumento de la inflación fue muy similar a la de la Reserva Federal de Estados Unidos, aunque el origen del encarecimiento de los precios era diferente. En Europa se trataba más de un problema de oferta, con los precios energéticos disparados, frente a un auge de la demanda al otro lado del Atlántico.

Aun así la institución con sede en Fráncfort empezó a subir los tipos de interés el 21 de julio de 2022, cuando la inflación se situaba por encima del 10 %, y llevó a cabo la mayor escalada del precio del dinero jamás vista en su historia.

El BCE acordó diez subidas consecutivas de los tipos de interés para llegar a mediados de septiembre de este año al 4,5 %, una cota inédita desde 2001 y que ha mantenido en sus dos últimas reuniones, incluida la de este jueves.

Todo ello con el objetivo de que la inflación se sitúe en el corto plazo en el 2 %, aunque se corra el riesgo de que la economía europea entre en recesión o apenas avance a medida que los tipos de interés se trasladen a las condiciones de financiación.

A lo largo de 2023 las familias y empresas han sido las primeras en sufrir el encarecimiento del crédito, tanto para los que ya tenían financiación concedida, por ejemplo hipotecas a tipo variable ligadas a la evolución del euríbor, como para quienes pensaban solicitarla y que finalmente no lo han hecho.

Medidas de alivio para los hipotecados

En el caso de los hipotecados, el Gobierno aprobó una batería de medidas de alivio que, por el momento, no han tenido mucho tirón. A mediados de año se habían solicitado unas 42.800 ayudas, pero solo se habían concedido 3.424 y alrededor de la mitad, unas 21.400, estaban pendientes de resolver.

El Banco de España piensa que esas cifras se deben a que la situación económica y especialmente el empleo van mejor de lo previsto, algo que comparte la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, además de la cultura de pago en la que las familias hacen todo lo posible por seguir haciendo frente a sus cuotas hipotecarias.

Los bancos añaden que, con independencia de las medidas aprobadas por el Gobierno, fruto de la negociación directa con los clientes se han buscado alternativas como facilitar el cambio a hipotecas fijas ante el repentino aumento de las hipotecas.

No obstante, los dos principales partidos de la coalición acordaron que promoverán cambios para que más familias puedan optar a las medidas de alivio hipotecario, elevando el umbral de renta para acogerse a las mismas.

Pero además, los mayores tipos de interés en Europa han hecho que haya subido la rentabilidad de la deuda europea en los mercados secundarios, es decir, la que ya estaba emitida, obligando a los Estados a pagar más intereses en las nuevas emisiones.

En el caso de España, la rentabilidad del bono español a 10 años llegó a situarse en el 4,06 % el pasado 3 de octubre, y aunque el Tesoro Público ha visto cómo su financiación se encarecía, también ha contado con un gran apetito inversor, incluido pequeños ahorradores, ávidos de encontrar una mayor rentabilidad para sus ahorros.

En un contexto de subidas de los tipos de interés, los bancos están obligados a trasladar estas nuevas condiciones a su oferta, pero no solo debería encarecerse la financiación, sino que, como ha sucedido en el pasado, también tendría que mejorar la remuneración del ahorro.

La realidad, sin embargo, es que en el caso de la banca española, que se encuentra en estos momentos con una posición de liquidez históricamente alta, apenas han subido los intereses que pagan por los depósitos de sus clientes.

De hecho, durante meses solo la banca en línea y algunas entidades extranjeras se animaron a lanzar ofertas que premiaban los ahorros de los clientes, mientras que los principales bancos se resisten a lanzar ofertas generalizadas y siguen abogando por otras alternativas como fondos de inversión o seguros de ahorro.

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