El Loco de la salina

Los locos no aguantamos tantas quejas

Sobran políticos a manojitos y faltan científicos, médicos, profesionales con preparación, que son los que nos pueden salvar en un momento dado.

Publicado: 30/03/2020 ·
13:06
· Actualizado: 30/03/2020 · 13:06
Autor

Paco Melero

Licenciado en Filología Hispánica y con un punto de locura por la Lengua Latina y su evolución hasta nuestros días.

El Loco de la salina

Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás. Albert Einstein

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Los locos no salimos de nuestro asombro. Cada mañana no nos llevamos las manos a la cabeza, porque nos duele ya demasiado, pero es para reventar y no echar gota. Estamos leyendo aquí en la prensa del manicomio que muchos cuerdos no paran de quejarse ahí fuera. Unos se quejan de estar tanto tiempo encerrados y llevan solamente un par de semanas. Y nosotros ¿qué? Otros, dicen ser de izquierdas, se quejan de los que aseguran que son de derechas; los de derechas de los de la izquierda; los que afirman que son del centro arremeten contra los dos laterales; los que pregonan que son de ultraizquierda abren la boquita contra todo lo que queda al otro lado; los que dicen que son de ultraderecha escupen sobre lo que les queda por el lateral. Unos se echan las culpas a los otros y siempre de cara a la galería para ver si en las próximas elecciones los votamos a ellos y no a los otros que son muy malos. Pero, esto ¿qué es? ¿No dicen que todos estamos en el mismo barco? ¿No saben que ahí fuera están muriendo las personas como chinches y que estamos batiendo el récord de muertos dejando atrás incluso a los chinos? ¿No tenemos bastante con los bichos de la corona, que además tenemos que soportar a esta gentuza que solamente mira por lo suyo? ¿Por qué graznan tanto? Parecen programados para soltar el mitin. Un día de estos voy a coger por una de sus patas la mesa del salón, que es muy maciza, me voy a tirar a la calle y se va a acabar el problema. ¡Lástima que no me dejen salir del manicomio! Es que lo ponen a uno de mala uva y yo no puedo estar a cada rato tomándome las pastillas.

Acaban de pasar unos cuantos coches de la policía sonando las sirenas a todo volumen y he ido a asomarme a la tapia. Esos hablan muy poquito y no paran de correr. Y me imagino que los enfermeros, los médicos, los transportistas, los de las tiendas y supermercados…también estarán con los cinco sentidos en arreglar la cosa. Mientras, los macarras siguen discutiendo aún que si la derecha, que si la izquierda, que si el centro, que si los laterales, que si la madre que los parió. A estos ¿quién los encierra y dónde? Ahora nos parece a nosotros, aunque estemos volados, que es cuando nos hemos dado cuenta de que aquí sobran políticos a manojitos y faltan científicos, médicos, profesionales con preparación, que son los que nos pueden salvar en un momento dado. Y si a nosotros nos tachan de locos, tendré que recordar una cosa que dijo Nietzsche: “Hay que estar un poco loco para aguantar a tanto idiota”.

Ayer soñé que los centenares de miles de políticos que pululan en este país van a renunciar a una parte de sus sueldos para ayudar a que España salga adelante. No me lo podía creer ni en sueños. Muy bien. Eso es estupendo. Los felicito. Hay que ponerles un monumento. Ánimo y que no decaiga. No nos merecemos los políticos que tenemos de buenos que son. Esa es la manera de salvar España.

Pero ya hoy me he despertado y me ha parecido escuchar el sonoro ruido que hace un brazo sobre otro dando un gran corte de mangas. Esto es lo que hay. Ya no me quejo más. Lo dicho, a ver si los políticos se ponen de acuerdo en algo para que los locos no tengamos que salir a calentarles sus vacíos cocos.       

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