El Arcos seguirá dependiendo de sí mismo para intentar conseguir la permanencia en las dos jornadas de infarto que quedan para concluir la liga, en las que se medirá en el estadio San Juan Bosco al tercer clasificado, el Utrera, y en casa frente al San Roque de Lepe, en estos momentos, en zona de descenso a División de Honor, a priori, el que tiene el peor calendario ya que recibe al Ceuta, que pelea por la promoción, y termina su liga en el Barbadillo, adonde podría llegar matemáticamente descendido, cosa que no sabemos si será conveniente o perjudicial para los intereses de los blanquillos. Tiempo al tiempo.
Los de Bermúdez ofrecieron su mejor versión de la temporada, mostrándose ante los animosos pero inocentes filiales sevillistas como un equipo aguerrido y calculador, que no cometió los errores de otras veces para dar aire al rival. Con un esquema idéntico al presentado en Gerena pero con mejor talante y mentalización y ajustando al milímetro la sincronización en las ayudas y las coberturas, el Arcos contuvo a un Sevilla que salió a por el partido sin pensar que en su primer error de aplicación defensiva iba a encajar el primero de los tres goles que certificaron su derrota.
Una falta en la frontal del área al minuto y 40 segundos del choque la clavaría por la escuadra Maqui de un derechazo perfecto, con la barrera sevillista tapando completamente la visión del balón al portero Jona. El tempranero tanto facilitó de inmediato el repliegue a los hombres de Bermúdez, que defendieron con bravura y determinación cada embestida de los rojillos -tarea en la que destacó un Javi Rodríguez descomunal dentro de un gran nivel de exigencia-, a la espera de encontrar la ocasión para matar al Sevilla a la contra, como ocurrió en el segundo tanto arcense, en un robo de pelota de Legupín cerca de la divisoria, conduciendo primorosamente el balón hasta plantarse ante Jona para batirle por bajo en su salida.
El 2-0 en el minuto 19 de partido era el mejor resultado conseguido por el Arcos en su feudo en toda la liga, igualando su triunfo ante el Gerena de la jornada 18ª, pero en el campo no fue tan fácil. El Sevilla metió a su ‘tanque’ Muhamadou arriba por un pivote, David García, y trataba de llegar por los flancos por medio de Simo, muy activo pero poco afortunado, y Vacas, que deambuló por casi todas las posiciones sin encontrar su sitio, ante un Arcos que se fajó como nunca para no conceder espacios a su enemigo. La puntilla la puso Sergio Jiménez en el min. 68 a pase de Javi Rodríguez en la mejor jugada del Arcos en todo el partido, que estuvo apoyado incondicional, fervorosa y calurosamente desde la grada y llevado en volandas por una afición entregada que aún cree en el milagro de la salvación.
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