Un nuevo desencuentro entre los bomberos de la capital y el Ayuntamiento de Málaga viene sumarse a los muchos frentes que, desde 2016, mantienen abiertos el servicio de extinción de incendios y el Consistorio sin visos de un pronto entendimiento.
En esta ocasión, efectivos del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga acusan al edil del Seguridad, Mario Cortés, de “mentir” en el pleno de la Corporación municipal al afirmar “que no se había ejecutado” ningún expediente sancionador, mientras que el Área de Recursos humanos del Consistorio ha notificado oficialmente este lunes a dos funcionarios del cuerpo –la notificación llegó sólo a uno de ellos, pues el otro se encuentra de descanso y ausente- la suspensión de funciones durante diez días, desde el 3 al 12 de abril, por considerarlos “autores de una falta grave”.
Así, fuentes cercanas al sindicato de bomberos afirman que del expediente sancionador que se abrió a cinco bomberos por interrumpir el itinerario de su camión, apenas 20 minutos estando de servicio, para apoyar la manifestación de la plantilla del cuerpo en abril del año pasado, han sido sancionados el conductor y un cabo por el Ayuntamiento mientras que la causa de los otros tres ha sido archivada “por no haber indicios de delito”.
De este modo, tras hacerse pública la notificación de esta sanción disciplinaria con “suspensión de empleo y sueldo” que se ejecuta este martes, los bomberos malagueños mostraron su apoyo a sus compañeros con una espontánea protesta en el Parque de Bomberos de Málaga en la que se preguntan “¿Hasta cuándo tendremos que aguantar tantas mentiras de un cargo público?, ¿qué espera el alcalde Francisco de la Torre para tomar cartas en el asunto?”
Bomberos “bajo presión”
“Actualmente la política de la Jefatura y del Oficial Técnico, Carlos Utrera, es expedientar a la plantilla por cualquier cosa. Valga como ejemplo un roce a un vehículo dando marcha atrás, o daños en un peldaño de un vehículo escala” denuncian fuentes del sindicato de bomberos de Málaga.
Esta política “represiva” no tiene parangón en toda la historia del Real Cuerpo de Bomberos, que desde su creación en 1906, “contaba los expedientes disciplinarios con los dedos de una mano”. Las reivindicaciones de una plantilla que exige históricamente una equiparación con la jornada laboral del resto de funcionarios del Ayuntamiento, la reclasificación profesional del grupo C2 al C1, la creación de un Reglamento que sustituya al actual de 1959, y mejoras organizativas “han obtenido por respuesta la criminalización y la villanización de los bomberos de la ciudad”, aseguran las mismas fuentes
Abandono del servicio y denegación de auxilio son los dos delitos que el Consistorio “pretende imputar por la vía penal a los 60 bomberos de descanso que no se incorporaron a reforzar a la plantilla de guardia el pasado 27 de junio, sin importar si habían descansado el mínimo de 12 horas que exige la ley, estaban al cuidado de menores, de baja o de vacaciones”. Todo ello, en el marco de una huelga, “sin ningún procedimiento en vigor que regule la disponibilidad del personal de descanso en un servicio absolutamente caótico en el que todo se resuelve a salto de mata, sin planificación, ni organización alguna”.
“Trabajar bajo presión en una emergencia sabiendo que cualquier error pueda ser causa de un expediente disciplinario, se considera un daño psicosocial”, lamentan los bomberos malagueños y añaden que "ya resulta bastante difícil actuar en situaciones de riesgo como para no poder trabajar con la tranquilidad necesaria que los ciudadanos malagueños y los bomberos de la ciudad se merecen”.
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