La tribuna de El Puerto

Órdago a la grande

Una depuradora que según nos decían, no tenía capacidad suficiente para afrontar los picos de población que El Puerto recibe cada verano

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Este año de nuevo volverán las banderas azules a ondear en cuatro de nuestras playas. No es momento de mirar atrás y enumerar cuantas teníamos antes, si más o menos, estoy seguro que todos recordamos cuantas ondeaban en etapas anteriores. Además, ya estoy bastante cansado del “y tú más y yo menos”, “tú mal y yo bien”.

Ya es hora de mirar adelante y sacar esto entre todos. Las banderas azules son un reconocimiento que el sector agradece como apoyo a su oferta y por ello hemos de congratularnos.

Recuerdo y quedó grabado para quien dude de la veracidad de esta afirmación, que la ausencia el año pasado de estos galardones fue achacada a causas mayores, que iban más allá de la calidad de las aguas para el uso y disfrute de los bañistas.

“Algo que atañe a nivel global a El Puerto de Santa María y no a sus playas” alarmaba cierto representante municipal a quién nuestro Alcalde, el Sr. De la Encina, delegó las labores de Turismo y Promoción de la Ciudad.

En aquel entonces se puso en el punto de mira a la depuradora municipal o Estación Depuradora de Aguas Residuales, la conocida EDAR.

Una depuradora que según nos decían, no tenía capacidad suficiente para afrontar los picos de población que El Puerto recibe cada verano. Sorprende que las muestras negativas fueran tomadas en diciembre.

Aun así, no parece de recibo tratar de distraer la atención sobre un acontecimiento negativo que supuso la pérdida de las banderas azules con las que solía contar nuestro litoral, con un órdago a la grande. Este año la depuradora creo recordar que es la misma pero ya no se apela a ese problema a nivel global de El Puerto.

El problema ha desaparecido y si no lo ha hecho, parece que el nivel ha disminuido de global a específico. En cualquier caso, suficiente para que nos concedan cuatro de las que en otras ocasiones fueron cinco.

Alarmismo, no, francamente no lo creo. Este es una muestra más de la incapacidad de asumir la responsabilidad que a cada uno le corresponde.

Esto es un “tú mal, yo bien” en toda regla. Un “y tú más” del que ya he dicho, me cansa hablar.

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