Pese a todo no hubo que lamentar daños personales, pero sí importantes desperfectos materiales, ya que el tornado afectó a la estructura de un buen número de casetas -sobre todo de la municipal- y a la plaza de toros portátil, provocando además el desprendimiento de la cornisa de una gasolinera cercana al recinto ferial. En el resto del municipio, el viento arrancó varios árboles y dañó el mobiliario urbano.
Ante estos hechos, el Ayuntamiento se vio obligado a decretar la suspensión de la feria, trabajando a marchas forzadas en la jornada de ayer para retomar “toda la normalidad posible” en el recinto ferial. Para ello se solicitaron tres nuevas casetas para sustituir las dañadas por el viento, mientras los técnicos de la plaza de toros se afanaban en arreglar los desperfectos de cara a los festejos taurinos previstos para el fin de semana.
Al respecto, el alcalde quiso agradecer la colaboración desinteresada de un nutrido grupo de vecinos que, pese a ser día de fiesta en la localidad, desde bien temprano ayudaron en las tareas de limpieza y arreglo de las casetas a los operarios municipales y a los propios feriantes.
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