Un centenar de presos fueron liberados en Birmania (Myanmar) después de que el presidente, Thein Sein, decretara hoy una amnistía, días antes de la formación de un nuevo Gobierno tras las elecciones del 8 de noviembre, informaron activistas.
La medida de gracia benefició a 102 reclusos de los cuales al menos 52 estaban encarcelados por razones políticas, según dijo la Asociación de Asistencia a Presos Políticos de Birmania (AAPP).
Entre los liberados se encuentra el neozelandés Phil Blackwood detenido en diciembre de 2014 y condenado a dos años y medio de cárcel por utilizar una imagen de Buda para promocionar su restaurante en Rangún, según confirmó AAPP.
Los dos socios birmanos de Blackwood, condenados junto a este, también recibieron el perdón.
El gobierno de Thein Sein, heredero de la última junta militar, ha concedido varias amnistías desde que en 2011 inició un proceso de reformas después de que el país estuviera casi medio siglo gobernado por generales.
Centenares de reclusos se han beneficiado de los perdones del presidente saliente, que a finales de 2013 anunció la liberación de todos los presos políticos después de que se hubiera comprometido a ello.
El secretario adjunto de AAPP, Bo Kyi, negó que todos los presos hubieran sido puestos en libertad y aseguró que desde entonces la persecución contra opositores y disidentes se ha mantenido, en declaraciones a Efe por teléfono.
Según Bo Kyi, en las cárceles birmanas aún hay 100 presos condenados por razones políticas mientras otras 400 personas están pendientes de juicio, de las cuales, 139 se encuentran en prisión provisional.
Las liberaciones coinciden con la sentencia, emitida esta tarde por un tribunal de Rangún, a seis meses de prisión para el activista Khum Jaa Lee, de la minoría birmania Kachín, por una publicación difamatoria contra el Ejército de Birmania escrita en Facebook.
La amnistía fue concedida antes de la formación el 1 de febrero del nuevo parlamento, en el que la Liga Nacional para la Democracia (NLD) de la premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, tendrá mayoría suficiente para elegir el próximo presidente.
La Constitución, aprobada por la última junta, impide que Suu Kyi pueda optar al cargo desde el que se decidirá el nuevo gobierno, y garantiza a los militares poder de veto en el legislativo así como el control de ministerios clave.
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