La vista tendría que haberse reanudado, según lo previsto, con la resolución de las cuestiones previas planteadas el día antes, pero primero había que solucionar otra de última hora y que podía ser capital de cara a una futura nulidad del juicio a propuesta del abogado de Pacheco, Javier Coveñas, quien marcó el ritmo de la sesión tras alertar de la extinción de Emusujesa, sociedad municipal por la que se persona la acusación para defender los intereses del Ayuntamiento y que hasta ayer encarnaba Juan Pedro Cosano. “Una sociedad muerta que no está en el mundo tampoco tiene que estar en este proceso”, sentenció, advirtiendo de la falta de legitimidad de Emusujesa para acusar. No ocultó su “extrañeza” de que esta circunstancia no le hubiera sido comunicada a la sala y de que hubiera tenido que hacer sus “comprobaciones” en el registro mercantil para certificarlo y por ello llegó a pedir la suspensión del juicio.
En consecuencia, tampoco pasó por alto el crédito contingente de la reclamación de Emusujesa, un crédito que, como apuntaron las defensas, debería estar contemplado en el balance de la liquidación de la empresa municipal, lo cual se desconoce porque dicho documento no ha sido facilitado por el actual Gobierno. “Si no lo incluye, difícilmente se puede sostener que se reclame una cantidad –casi 1,7 millones de euros-(importe que seguirá reclamando el fiscal) que luego no recoge y, por tanto, si no existe ese perjuicio, difícilmente se puede seguir con este proceso”, puntualizó Manuel Hortas, abogado de Miguel Ballesteros. Cosano respondió haciendo alusión a la “enjundia política” que escondía este hecho, sin pasar por alto que no había tenido instrucciones del Ayuntamiento al respecto. Tras un receso de una hora, el tribunal le comunicaba su “expulsión” de la sala. “Les deseo un feliz año y un feliz juicio si es que hay algún juicio que pueda definirse de feliz”, deseó a las partes el propio Cosano en una situación bastante surrealista.
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