El presidente de los empresarios jienenses que lleva poco tiempo aún al frente de la CEJ acaba de acceder a una vicepresidencia en la cúpula andaluza, señal de que a los nuevos aires empresariales en la comunidad, tras una etapa no del todo ejemplar, le vienen bien algunos mensajes que llegan desde la periferia y que se entienden perfectamente como es el caso de Manuel Alfonso Torres. Uno de los defectos que se han denunciado en Andalucía y que se han reflejado durante mucho tiempo en Jaén, es la fácil adaptación de la mayoría de los agentes económicos y sociales a la cultura de la subvención hasta el punto de llegar a confundirse los discursos en el sentido de que tanto desde la política como desde diferentes organizaciones prácticamente se venía a decir lo mismo. Algunos escándalos mayúsculos y la llegada de aire fresco a instituciones como la CEJ, ha planteado otra mentalidad, no se trata de negar por sistema el diálogo, la concertación o el apoyo económico en su caso, pero en base a criterios razonados y rentables para el interés general. La política de la confusión está llamada a desaparecer, cada estamento debe tener su lenguaje y su hoja de ruta, adiós pues al dichoso mamoneo por decirlo con absoluta claridad. Manuel Alfonso Torres tiene ideas claras, es muy crítico con la situación de Jaén y con sus políticos, lo es con las administraciones que utilizan la realidad de Jaén como arma arrojadiza y una manera de escaparse de la solución de los problemas. Esperamos que en la CEA sea la voz para denunciar alto y con pesar el tiempo perdido.
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