El nuevo gobierno designado ayer por la nueva presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha rebajado la cuota de Jaén, que hasta ahora en los sucesivos gobiernos ha tenido varios miembros en el ejecutivo, últimamente eran dos, María del Mar Moreno y Antonio Ávila, y ahora se queda solo en una consejera, la nueva titular de Agricultura y Pesca, cargo que pasa a ocupar la alcaldesa de Alcalá la Real, Elena Víboras. Bien es cierto que hay que considerar el valor que tiene que la responsable de la agricultura andaluza sea una jienense, habida cuenta la importancia del agro provincial y singularmente el olivar, que vive momentos expectantes y necesita al frente de la Consejería del gobierno andaluz a una persona que como mínimo pueda tener un nivel de aceptación como el que ha acompañado a su antecesor Luis Planas. Elena Víboras es una política experimentada y capaz, con un buen bagaje a sus espaldas en los cargos institucionales que ha ocupado, especialmente sus años de parlamentaria, y se le reconoce su capacidad de diálogo y su buen talante, que ahora le van a ser útiles en el nuevo cargo que asume y que necesita de esos valores políticos. Se han equivocado los pronósticos en el sentido de que la respuesta al socialismo de Jaén se completaría con la llegada de Micaela Navarro, que seguirá en lista de espera, mientras Antonio Ávila queda fuera de la escena; y se premia con un puesto en el Senado a María del Mar Moreno, cuya salida estaba cantada como una especie de víctima propiciatoria, aunque la nueva presidenta ha debido considerar su perfil, trayectoria y valoración.
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