Notas de un lector

Narradores del siglo XXI

Estos veintiún narradores, en su gran mayoría andaluces (y, en casi su totalidad, cordobeses), vienen precedidos del nicaragüense Sergio Ramírez

“Ánfora Nova”, revista literaria de Rute (Córdoba), con un amplio historial al pie de las letras, dedica su número doble 89/90 a presentar una antología de cuentos de hoy, cuyo título es “Recuentos” y cuyo revelador subtítulo reza “XXI Narradores del siglo XXI”. La edición es generosa, en cuanto que el tamaño del volumen es de 30 x 21´5, ciento veinte sus páginas, e incluye las fotografías de los escritores elegidos y sus correspondientes notas bio-bibliográficas.
Uno sabe que hacer sitio a la nómina de los mismos, puede resultar pesado para el lector, pero no es lógico omitir los nombres de quienes, por justicia o por mera bondad del recopilador, acaban representando la narrativa del siglo que discurre. Queden, pues, aquí: Marina Mayoral, Carlos Murciano, Manuel Jurado López, Antonio Enrique, Joaquín Pérez Azaústre, Salvador Gutiérrez Solís, Rafael Mir Jordano, Francisco de Paula Sánchez Zamorano, Manuel Gahete, Juana Castro, Pedro Tébar, Francisco Antonio Carrasco, Mercedes Antón Cortés, Alfredo Sánchez Navajas, Manuel Moya, Alicia Aza, Juan Tena Corredera, Francisco Vélez Nieto, Fernando Molero Campos, Antonio Quintana y Balbina Prior.

     Estos veintiún narradores, en su gran mayoría andaluces (y, en casi su totalidad, cordobeses), vienen precedidos del nicaragüense Sergio Ramírez (Masatepe, 1942), del que se incluye a manera de “pórtico”, su relato “El autobús amarillo”.

     Estamos, no cabe duda, ante un género tan atractivo como difícil, que gozó, décadas atrás, de una atención innegable, y que hoy día, sigue en boga a través de certámenes, ediciones, premios… El relato mantiene su vigencia, sí, pero el irresistible ascenso del microrrelato  -al que algunos ya denominan el cuarto género-, ha llevado a infinidad de autores a probar tal suerte literaria. Nada que objetar, por supuesto, a tan sugestiva moda narrativa. Tan sólo advertir, de que el riesgo de esta forma radica, p.ej, en medirse con el ingenio más que con la calidad, o en apostar por el chispazo humorista en lugar de por la coherencia argumental.

Azorín escribió un día, y se ha repetido con frecuencia, que el cuento era a la prosa lo que el soneto a la poesía. Creo que tenía razón el maestro, y algo más que eso: ponía el dedo en la llaga, en la verdad que explica por qué el poeta suele cultivar con fortuna este género, “Soneto de la ficción”, lo llamó Luis Beltrán Guerrero.
Y en esta antología que comento, hay poetas-narradores que confirman lo que digo (Murciano, Jurado López, Moya, Tena, Enrique, Pérez Azaústre, Gahete, Castro, Vélez Nieto, Aza,…).

Las más de cien páginas que sostienen esta compilación, vienen aderezadas por las bellas ilustraciones de Ginés Liébana, por una tipografía cuidada y una precisa maquetación de los textos, que convierten la edición en un ejemplo de devoción y esmero literarios.

      Ya dijo Ernest Hemingway que “la novela se gana por puntos; el cuento y la poesía, por K.O.”. A buen seguro, que ningún lectorbesará la lona tras la grata lectura de esta antología. Muy al contrario, querrá volver de nuevo hasta ella, y adentrarse en la diversidad simbólica, realista, paradójica, fantástica…, que la cobija.

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