El alcalde de San Asensio, Alfonso García, destacó a Efe que el ambiente fue “impresionante”, con gran afluencia de visitantes andaluces, gallegos e incluso turistas chinos y japoneses, además de vascos, que tienen en municipios de la zona numerosas viviendas de veraneo.
Esta localidad de unos 1.300 habitantes ha celebrado la trigésimo cuarta edición de esta particular “batalla”, que comenzó en 1977, cuando los socios de la peña Clarete, de la que formaba parte el actual regidor, se dedicaron un día a tirarse vino con los porrones y otros recipientes, que después se popularizó a todo el pueblo.
La fiesta se ha desarrollado en la zona conocida como Cerrillo Vervalle, donde se ubican las bodegas centenarias y calados de la localidad, unas 300, algunas de ellas construidas en el siglo XVII, según García.
Hasta allí se desplazó un camión cisterna “armado” con una bomba a presión, que simula un cañón capaz de disparar el vino a 200 metros de altura, lo que constituye “un verdadero espectáculo”.
Regó a los asistentes con unos 5.000 litros de vino, mientras que muchos de los vecinos han recogido su propia munición.
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