Realizar ese complejo estudio requerirá analizar el efecto que cada uno de los más de veinte mil genes que componen el genotipo humano tiene sobre el proceso de reparación del ADN dañado, por lo que la investigación hace necesaria la configuración de un equipo humano independiente. Algo impensable, si no fuera porque el Consejo Europeo de Investigación ha decidido subvencionar el proyecto con una dotación de casi un millón y medio de euros distribuidos en cinco años de cómodo colchón financiero. A razón de más de sesenta euros por cada gen humano analizado, si cabe la división frívola de la partida.
Encrucijada de caminos
La idea de desarrollar una investigación que determine el proceso por el que las estructuras celulares toman uno u otro camino para la autorreparación de su ADN surgió cuando el profesor Huertas tomó conciencia de que escoger el camino adecuado o el erróneo puede constituir un éxito o un fracaso, que supondría la aparición de una enfermedad o una malformación de carácter hereditario.
Estando perfectamente descritos los distintos mecanismos, la clave estaba en identificar los factores que hacen que las células ‘decidan’, entre una u otra vía, y ése ha sido precisamente el potencial que la alta institución de la investigación científica en Europa ha considerado para que el proyecto entre en la élite de los que cuentan con una financiación como la que recibe el profesor de la Hispalense para conformar su equipo, que trabajará durante cinco años en el Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa.
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