Cuando la representación democrática emanada de las urnas se contamina del dinero y la riqueza, surge la corrupción que nos recuerda aquella frase de Lord Acton pronunciada en 1.887,”el poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente”.
La Historia de la corrupción en España es como una lacra para la democracia y las instituciones que nunca ha cesado. Pero no vamos ni pretendemos en este artículo, hacer un memorándum de todos los casos de choriceo político con sus nombres y denominaciones que han sucedido desde la muerte del dictador, ya que el régimen franquista era corrupto por naturaleza.
Sería interminable no solo en la letra y extensión de una columna periodística, una tesis o una obra enciclopédica sino que nos daría para mucho y nunca encontraríamos el final., por eso humildemente pondremos el foco en la actualidad y nos centraremos en lo que nos delata la gente.
En el último barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) del mes de marzo, se refleja una alarma social sin precedentes de preocupación de la ciudadanía por la corrupción. El sentir de los españoles hace insostenible que el presidente Rajoy siga mudo sobre Bárcenas y el escándalo de presunta financiación ilegal que afecta al PP.
Por segundo mes consecutivo, desde que saltara a la opinión pública el caso del ex tesorero del PP, don Luis Barcenas, los encuestados sitúan la corrupción como el segundo problema de España que más preocupa a los ciudadanos y ciudadanas, solo precedido por el paro , con un 81,6% y desplazando al tercer puesto a los problemas económicos con un 34%.
Nunca en toda la historia de estos estudios sociológicos, se había reflejado una preocupación individual y colectiva tan alta por la corrupción, un 44,5%, lo que supone 4,5 puntos más que el mes pasado y 26,5 puntos más que en Enero de de este 2013, en el que ya habían emergido con fuerza otros casos en el panorama político.
Lejos queda, ese 2011, en el que tan solo un 4,6% de los encuestados por el CIS señalaban la corrupción como uno de los grandes problemas de nuestro país. Parece pues evidente, que son los casos conocidos en el último año y muy especialmente el que tiene como protagonista al PP y a su ex tesorero, don Luis Bárcenas los que han desatado la escandalera y han elevado los indicadores estadísticos.
Por eso y ante este hecho sin precedentes en nuestra historia democrática, el señor Rajoy, presidente del gobierno de España, no puede segur con el juego de no pronunciar el nombre de Bárcenas ni negándose a hablar de todo el presunto caso de corrupción que afecta de lleno a su partido y que incluso le salpica personalmente a él.
Es mucho el daño que éste, como otros muchos casos que afectan a los distintos grupos políticos están haciendo. La ciudadanía está hasta el gorro de tanto choricete que mientras nosotros trabajamos y contribuimos, ellos se dedican a robar.
Son muchas las medidas que deberían ponerse en marcha, pero tal vez de las más urgentes y necesarias, sean desde la reforma de la ley de partidos políticos hasta el cambio de financiación de los municipios pasando por la apertura de las listas electorales.
Pero sobre todo lo que no debemos hacer nunca los demócratas es el juego a los corruptos, a los que se sienten bien fuera de la política, provocando que se debilite el sistema, que no vayamos a votar porque todos son iguales y van a lo mismo. Hemos de abandonar el recurso de la queja verbal y reaccionar, que los problemas de la democracia se arreglan con más democracia y los de la corrupción con un compromiso fuerte y decidido con la honestidad.
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